La pesadilla continúa. Anabel Pantoja y David Rodríguez se encuentra a la espera de la resolución de la investigación por un supuesto delito de maltrato infantil. La pareja tuvo que acudir a declarar al juzgado de Las Palmas de Gran Canarias después de que el hospital donde estuvo ingresada su hija encontrarse divergencias entre el relato de los padres y las lesiones que presentaba las bebé.
La sobrina de Isabel Pantoja daba el paso y emitía un comunicado tras conocerse la noticia. Afectada y centrada en el bienestar de su pequeña, Anabel aseguraba que lo único que habían hecho era transmitir amor y cariño y que habían colaborado con la justicia en todo momento. No obstante, el infierno que les rodea todavía no va a terminar. El procedimiento sigue su curso.
Tal y como ha revelado Luis Pliego, director de Lecturas, en el programa ‘TardeAR’, queda todavía tiempo para que la situación que viven Anabel y David esté resuelta. Por mucho que se confía en el archivo de la causa, el tribunal encargado del proceso todavía tardará meses en pronunciarse.
El infierno de Anabel Pantoja y David Rodríguez
Cabe recordar que, tras la declaración de Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, el jugado no dictó medida cautelar alguna y tampoco fueron solicitadas por la Fiscalía. La situación vivida con la pequeña, que permaneció casi dos semanas ingresada, fue uno de los peores trances de su vida. No imaginaban que deberían revivirlo y precisamente en sede judicial.
El procedimiento para esclarecer qué ocurrió con las lesiones de la hija de Anabel está en marcha. "Parece que, contrariamente a lo primero que se había dicho que era un caso que se iba a cerrar rápidamente, la juez que lleva el caso de instrucción tiene un tiempo de seis meses", ha comenzado a decir el periodista. El motivo de esta extensión de tiempo es "porque no solo va a pedir declaraciones a los padres, familiares y amigos, sino también a todos los médicos que tuvieron trato con ellos y con el bebe, así como con todos los testigos que puedan localizar", ha revelado Luis.
Respecto a si Anabel es consciente de lo que podría durar este proceso, Pliego niega saberlo con seguridad, pero ha insistido en que "se va a alargar porque no quieren que se quede ningún cabo suelto". Una vez que el tribunal recoja toda la información se abrirán dos escenarios. "Cuando la juez acabe la instrucción puede optar por dos caminos: abrir un juicio oral o archivarlo. Nos enfrentamos a un posible juicio penal una vez acabe la instrucción", ha explicado antes de añadir, una vez más que "va para largo, con presunción de inocencia".
Al mismo tiempo que el director de la revista Lecturas estaba revelando estos datos, Leticia Requejo ha logrado hablar con Anabel Pantoja. "Dice que lo verdaderamente importante ahora mismo es su hija, lo demás es todo absurdo. Ella quiere que su hija esté bien y que todo se aclare", ha dicho la colaboradora.
Anabel Pantoja y David Rodríguez cierran filas
Algo más tranquilos, Anabel Pantoja y David Rodríguez han querido mostrar cierta normalidad. La pareja no se ha pronunciado públicamente en conjunto pero sí han dado muestras de su situación. El fisioterapeuta aclaraba que se encuentran bien y que todo discurre con normalidad. La sobrina de Isabel Pantoja, por su parte, guarda silencio. Anabel ha preferido no salir de casa desde que regresase del hospital con su hija en brazos.
Lo que sí ha hecho ha sido subir un tierno vídeo de ella con David y su hija viendo el atardecer, así como compartir varios stories de regalos a su pequeña. Unos gestos con los que la influencer deja claro que pretende seguir adelante con su vida a pesar de que la situación no es la mejor. La pareja vive con pesar el trance que están pasando.
A pesar de sus explicaciones y de que la justicia no ha decretado medida alguna, la sombra del supuesto maltrato sigue planeando. Por suerte, todo va tranquilizándose. La pareja permanece en Canarias con su hija y acompañados tanto de la madre de Anabel como de los padres de David.
También el resto de la familia Pantoja ha estado apoyando a la influencer. Kiko Rivera e Isa Pantoja viajaban a Las Palmas en cuanto conocieron del ingreso de la pequeña. Lo hacía igualmente Isabel Pantoja y su hermano Agustín. La preocupación era notable. Desde entonces, la familia ha arropado a la pareja en todo momento. Tanto durante el ingreso como ahora, cuando se enfrentan a la investigación judicial.
El cambio de abogados de Anabel Pantoja y David Rodríguez
Desde el primer momento, Anabel Pantoja se ha puesto en manos de un gran equipo de abogadas especializadas en derecho civil, es decir, llevan temas vinculados a la intimidad, el honor y la imagen. Sin embargo, tal como informa '¡Hola!', la pareja habría buscado una ayuda extra.
Teniendo en cuenta la naturaleza de la investigación, Anabel y David han optado por buscar el asesoramiento de un equipo totalmente dedicado al derecho penal. De esta manera, contarán con toda la información necesaria para enfrentarse a este procedimiento que, como hemos podido señalar, va para largo.
Merchi y los padres de David Rodríguez, el mayor pilar de la pareja
Si algo quedó claro durante el ingreso de la hija de Anabel Pantoja y David Rodríguez es que tienen a unos amigos y familiares leales e implicados con ellos. Aunque todos se han volcado y les han apoyado desde el primer momento, han habido unos pilares claves: Merchi, madre de Anabel, y su pareja Fernando y los padres de David.
Por un lado, Merchi se encargó de la logística total de aquellos 18 días de ingreso. Se encargaba de llevarles ropa, comida y todo lo que necesitaran. A su lado, con un perfil bajo, estaba Fernando, su pareja desde hace tanto tiempo. Por otro lado, estaban los padres del fisioterapeuta. Al ser personas anónimas, su rostro y papel en estos momentos tan difíciles ha pasado desapercibido, pero eso no quiere decir que no hayan estado.
Hoy mismo, hemos podido ver que el matrimonio no se separa de su hijo. Desde que salió a la luz la investigación por presunto maltrato infantil, Anabel se ha blindado en su hogar con su hija. En cambio, David sí ha salido alguna que otra vez. En la última de ellas le veíamos acompañado de sus progenitores. Los tres se montaron en su coche sin mediar palabra.