“Los niños tienen pene, las niñas, vagina. Que no te engañen”. Ese mensaje tan transfóbico ha estado recorriendo Madrid los últimos días. Circulaba pintado en un autobús por iniciativa de la asociación ultracatólica Házte Oír, que considera que las personas transexuales son poco menos que una invención, como los unicornios o las hadas. Todo esto en pleno siglo XXI. Vaya tela…
Aunque una campaña en Change.org ha conseguido que casi 130.000 personas firmen una petición de su retirada de las calles, no ha sido necesario que se alcancen las 150.000 puesto que un juez lo ‘aparcado’ hasta que no se retiren los textos en contra de los transexuales. Al juez encargado del caso no le cabe ninguna duda, las frases suponen “un acto de menosprecio a las personas de orientación sexual distinta”, tal y como ha quedado reflejado en el auto judicial que ha redactado.
Lo opina el juez y lo opina la mayor parte de la sociedad, y, entre ellos, numerosos famosos que no han querido dejar pasar la oportunidad de pronunciarse sobre la polémica. Una de las primeras fue Alaska, tan activa con la comunidad LGTB. No hay que olvidar que una de sus mejores amigas, Topacio Fresh, tuvo que pasar por una reasignación de sexo. Así que su mensaje ha sido contundente: “Respeto para niños, jóvenes y adultos trans. Hoy y siempre”.
Este gesto llega cuando está en marcha la campaña ‘Protect our trans kids’ iniciada en Estados Unidos a raíz de la medida que ha tomado Trump de no dejar a los niños transexuales que usen el baño con el que ellos se sienten representados, sino con el que indica su sexo de nacimiento. Suponiendo para algunos toda una humillación. Fue una medida de Obama y ha sido revocada por el nuevo Gobierno. Un gesto que ha enfadado hasta a personalidades trans como Cailtlyn Jenner, republicana convencida.
Luis Rollán también ha sido de los que han criticado severamente al autobús tránsfobo. Él lo ha hecho de manera muy irónica, dejando caer que los que habían tenido semejante iniciativa no son más que unos neandertales, con los que la evolución del hombre dio un paso atrás.
De momento, el autobús permanece con el freno echado, ojala los comportamientos transfóbicos fueran tan fácil de frenar.