Hablar de cachés en el mundo de Internet es como hablar de unicornios: la gente los reconoce como una leyenda. Y es que en nuestra concepción no ‘influencer’ del universo no podemos imaginarnos que paguen 15.000 euros a alguien por escribir un tweet. A veces ni eso, y solo tienen que limitarse a copiar y pegar un texto que ya se le viene dado.
‘Sálvame’ ha abierto la caja de los truenos con uno de los temas que más interesan, pero cuyos protagonistas más reticentes se muestran a la hora de hablarlo. Hoy, por fin, sabemos cuánto pueden llegar a ganar esto nuevos líderes de opinión de plataformas digitales.
Madame de Rosa, bloguera veterana, con mucha presencia en redes sociales y, además, que ha trabajado como ‘coach’ en ‘Quiero ser’ confiesa que puede llegar a cobrar 1.000 euros por foto en Instagram, “las marcas no son tontas. Lo hacen porque saben que tiene una repercusión, porque ganan”, y apunta que por la campaña mejor pagada se embolsó 7.500 euros. Otra compañera de profesión, Marta Carriedo, habla de sueldos anuales, en acciones que se mantienen a lo largo de todo el año. En estos casos el precio oscila entre los 20.000 hasta los 50.000 euros. Con estas cantidades, Marta no solo paga su salario, sino también a toda la gente que trabaja con ella, “hay muchos gastos que la gente no ve”.
¿Pero por qué existe esta diferencia de salarios? Pelayo Díaz, uno de los pioneros de nuestro país en el rentable arte de la influencia online lo aclara: “Depende mucho de tu propia imagen, de lo que tú te hagas valer, de la marca que te está ofreciendo trabajo, qué tipo de producto…”. Él admite haber cobrado 20.000 por alguna campaña.
Cuando hablamos de famosos, estos cachés se disparan. Hablamos de 15.000 euros por tweet, contratos por 50.000 o, si un personaje es un verdadero astro como Cristiano Ronaldo, hasta los 500.000 apuntan desde una agencia de representación de ‘influencers’.