Y finalmente no pudo ser. Después de que hace escasos días le dijera a Lecturas que “no se le pasaba por la cabeza divorciarse”, sus diferencias con Pablo Durán han podido más que el amor que se profesaba la pareja.
Ahora Lolita y Pablo emprenden caminos separados, una decisión que les ha costado mucho tomar dado el cariño que se tenían. Los rumores de problemas en la pareja comenzaron el noviembre pasado. Desde entonces habían trabajado en que la cosa siguiera adelante. Pero el “desgaste”, como ella lo llama, ha sido insalvable. Un desgaste que podría haber venido provocado por los problemas económicos por los que atravesó la pareja hace un tiempo. A ella, metida a empresaria, no le salieron las cosas como quería y dejó un buen puñado de deudas que la han estado persiguiendo y haciéndole mucho más complicada la existencia. Él, actor, tampoco encontraba gran cosa de lo suyo así que decidió que una buena salida era montar un bar. Este establecimiento muchos lo vieron como la tabla de salvación de la pareja, pero ni con esas.
“Pablo y yo estamos progresando, pero todavía no estamos en el sobresaliente” decía Lolita en la presentación de una famosa dieta. Un progreso que parecía ir a pasos lentos pero que no ha llegado a buen puerto.
Lolita y Pablo se casaron el 14 de mayo del 2010, y cinco años después se ha producido la separación definitiva. Han pasado juntos los peores momentos económicos, cuando la crisis se abalanzaba con feroces dientes contra todos, especialmente contra los que se atrevían a emprender. Fueron momentos duros que crearon una profunda mella en su relación, que llevaban manteniendo desde 2005 cuando se conocieron en la obra de teatro ‘Ana en el trópico’.
“Lo estamos intentando, lo que pase de ahora en adelante… Yo no soy Rappel“ decía, como si presintiera, aunque carezca de poderes adivinatorios, lo que estaba por llegar. 10 años de relación que han terminado para sus protagonistas, Lolita Flores y Pablo Durán.