Gracias a las informaciones aportadas por algunos ciudadanos, el programa 'Socialité' ha podido localizar a Dulce Delapiedra en Toledo, donde se habría refugiado en los últimos días en los que estaba desaparecida y no contestaba el teléfono ni a su propia familia.
Según han informado en el programa que presenta María Patiño, Dulce ha sido vista en Toledo y su estado no era ni mucho menos el más idóneo, todo lo contrario. Han hablado con el casero del piso en el que se aloja la exniñera de Isabel Pantoja y, según este testimonio, Dulce "está mal, muy mal. La he visto con ansiolíticos, siempre tiene sueño y que por favor le diera las llaves del piso", ha dicho. El hombre, que regenta un bar, ha dicho que "viene aquí muchas veces a comer... gratis, porque no tiene [dinero]... Viene con un hombre que dice que es su pareja. Ese hombre a mi no me da muy buena impresión".
El hombre que le ha alquilado, también gratis, el piso a Dulce, habló con 'Socialité' pese a que la niñera le pidió que no descubriera su paradero, porque la vio muy mal. Dulce le dijo que no tenía dinero, pero que confiaba en que le volvieran a llamar de televisión, de modo que el casero no le ha cobrado ni la fianza y le ha estado dando de comer durante toda esta semana.
El casero ha visto a Dulce en un estado tan lamentable, que no duda en afirmar: "Tal y como está ella y con todo lo que he visto, podría ir a la policía nacional y la denunciar a Isabel Pantoja por lo que le ha hecho a esta mujer... Me ha dicho que ha recibido llamadas amenazantes de Isabel Pantoja, me ha enseñado vídeos y cosas... me da pena".
No se sabía nada de Dulce desde el pasado 2 de noviembre, cuando llevó al hijo de Isa Pantoja al cumpleaños del hijo mayor de Kiko Rivera. Desde ese día y hasta el pasado viernes, nada de sabía del paradero de Dulce. María Patiño, incluso, había llegado a hacer un llamamiento público para que la exniñera se pusiera en contacto con ella o con alguien de su familia, que se encontraba muy preocupada. Al final, Patiño rogó a Isa Pantoja que fuera ella la que llamara Dulce y, esta vez sí, le cogió el teléfono, aunque no quisieron que trascendiera la conversación que habían mantenido.