Letizia repite Varela y lo hace demostrando dos cosas: una, que cuando se compra una pieza la amortiza a base de bien, y dos, que nuestra monarquía no está para derroches.
El Felipe Varela que ayer le vimos a la ya Reina en la ceremonia de abdicación, lo estrenó en abril con motivo del almuerzo con la premio Cervantes 2014, Elena Poniatowska. En su momento fue uno de los looks que más han gustado de ella de los últimos meses, puesto que se trata de una pieza en seda muy original en blanco y negro, que imita el juego bicolor de una blusa y una falda. Dibujos de hojas y mariposas recorrían los laterales del vestido, estilizando aún más el esbelto cuerpo de la nueva Reina. Los complementos que le hemos visto a Letizia han sido unos salones nude y una cartera de mano negra, que ha mantenido sobre sus rodillas durante todo el acto.
Las niñas, por el contrario, sí que estrenaban vestidos de la firma Nanos. Cada una vestida de un color diferente; mientras que Leonor lucía un modelo en crema con regusto bohemio con bordados en mangas y falda, manguita acampanada y lazo en la cadera, su hermana pequeña, Sofía, lucía uno muy parecido pero en tonos rosas pastel y con estampado de rombos. Las dos llevaban bailarinas en el mismo color que los zapatos de la madre.
La reina Sofía fue otra que en lugar de ir de compras acabó reutilizando un modelo que ya había llevado en 2011. En color gris perla, este dos piezas se lo pudimos ver a la madre de Felipe cuando el Papa Benedicto XVI visitó Madrid. Se trata de un diseño creado por Frans Baviera ex profeso para ella por este diseñador cuya especialidad es la alta costura. Es un vestido muy especial puesto que el cuello está plagado de pequeños cristales Swarovsky, que le aportaban mucha luz al rostro de la reina.
¿Qué os parece que la familia real repita ropa en actos tan destacados como lo es una ceremonia de abdicación?