Imaginad la escena: toda la familia Campos sentada a la mesa, la madre, María Teresa, las hijas, Terelu y Carmen, Edmundo, el marido de Borrego, y las mejores amigas de la matriarca. Y los cuchillos sobrevolando las cabezas de todos. Haciendo peligrar el cuello de una persona en concreto, Bigote. Están celebrando una pseudo-cena de Nochebuena, pues ya sabemos que la familia la pasó por separado, y ahí de noche de paz nada en absoluto.
En el especial navideño de ‘Las Campos’ las veremos celebrando un amigo invisible, que por cómo lo organizan pareciera una partida al Risk, a Terelu endulzando las fiestas y a las dos hermanas haciendo una cola interminable para comprar lotería en la mítica Doña Manolita.
Edmundo, una vez más, se llevará las miradas más incómodas. Las hijas de Teresa no dan crédito con según qué opiniones del novio de su madre, que considera que es un rollo eso de regalar por obligación. Esto es, en Navidad, los cumpleaños, imaginamos que San Valentín… él, como el Sombrero de ‘Alicia en el país de las maravillas’, prefiere eso del “feliz, feliz no cumpleaños”. Ese comentario, que Bigote hace sin mala intención, y que es recibido con el hacha de guerra levantada por parte de las dos hermanas rubias.
“No te preocupes que a ti no te vamos a regalar nada por tu cumpleaños, ni por reyes ni por nada. Pero a mi madre sí le regalamos”, explotaba Carmen en plena cena. A su lado, Terelu, bastante más discreta, callaba. Pero con el gesto que tenía no hacía falta que añadiera nada más. Su rostro, largo, algo hostil y sin dar crédito a lo que escuchaba, hablaba por ella. Sus ‘pullitas’ eran dispensadas en forma de miradas-látigo.
Tened en cuenta que esto se ha liado solamente con el tema de los regalos, que, aparentemente gustan a todo el mundo, no queremos ni imaginar qué se puede liar cuando María Teresa y Edmundo les dé por desvelar a los comensales el secreto que llevan guardado durante este tiempo. ¡Pongámonos los cascos, los chalecos antibalas y las pinturas de guerra!