Las lágrimas de Toñi Moreno por el hijo de Andrés Aberasturi

La serenidad y entereza con la que el periodista Andrés Aberasturi ha contado en Viva la vida su experiencia como padre de una persona afectada por una discapacidad formaba un nudo en la garganta entre la audiencia del programa. Las lágrimas que caían por las mejillas de la presentadora Toñi Moreno eran representativas de lo que la mayoría estaba sintiendo al escuchar un testimonio tan desgarrador como lleno de dignidad.

Andrés Aberasturi sacudía las conciencias y los sentimientos durante la presentación del libro que ha inspirado la vida con su hijo. En Cómo explicarte el mundo, Cris, el periodista ha intentado «decir la verdad, sin edulcorar las cosas» acerca de la discapacidad, de la experiencia de cuidar a una persona dependiente y, sobre todo, para «reivindicar» la existencia de toda esa gente de la que no se habla. Porque, según su experiencia, «hay otro nivel dentro de las discapacidades que no salen en los medios, que nunca aparecen en imágenes, que nunca se habla de ellos, que son mi hijo y los que son como él, donde hay crisis, donde hay patologías asociadas, donde hay ataques epilépticos...» y, como defiende, «también tienen derecho a una vida digna».

Si ha habido un momento conmovedor durante el turno de palabra de Aberasturi ha sido cuando ha entrado a hablar directamente de los aspectos más íntimos de su relación con su hijo. Su testimonio es desarmante y duro, pero también razonable y sensible, y que ha hecho que Toñi Moreno se rompiera en directo al empatizar con sus sentimientos y frustraciones, aceptadas por él estoicamente.

«Yo quería traer un hijo que se emborrachara por la noche y viniera un día 'kurdo' y que nos cabreáramos mucho y que me diera muchos disgustos, y que tuviera cinco novias, y que me hablara. Pero cuando, después de 38 años, no has oído ni una sola palabra de tu hijo, aunque tú le hablas... El título del libro 'Cómo explicarte el mundo, Cris' es un título absurdo, porque él no va a escuchar el mundo. Hay un momento en el libro que escribo: "El día que yo muera, aquí no va a pasar nada, vas a seguir durmiendo igual, porque ni siquiera vas a notar esa especie de dolor en la familia. Y esa incomunicación, esa estafa de vida, es la de un chaval como estos nuestros».

El veterano periodista ha expresado la gran complejidad de una situación familiar tan extraordinaria como la suya con una profunda reflexión, pero también dolorosa: «Cris es un ejemplo, y ha nacido (...) en una familia que quiere pensar que ha sido fantástica para él. No solo el padre y la madre, sobre todo la madre (...)».

«Yo me he ganado lo que tengo: mi EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), mis pulmones, porque he fumado como un carretero, porque he tomado café, porque me acostaba a las tantas, pero (...) no vale decir que has aprendido mucho. Yo no hubiera querido aprender nada del sufrimiento de mi hijo. ¿Cómo voy yo a querer aprender nada del sufrimiento de mi hijo?», ha dicho el veterano periodista.

Toñi escuchaba emocionada y con los ojos vidriosos, en un silencio lleno de respeto y admiración, a Andrés Aberasturi. «Yo me he tirado toda mi vida sin llorar, aunque he sufrido igual. (...) No por machismo, sino porque no sabía. Y en uno de los ingresos en el hospital de Cris, que le hicieron muchas cosas terribles, necesarias para salvarle. Cris tampoco había llorado nunca y, de repente, vi tres lágrimas. Y, en aquel ingreso, de repente, me encontré llorando ahí mismo, y me reconcilié conmigo mismo. Me dije: "Qué bonito es llorar y qué ganas tengo de llorar y de que me perdones», ha concluido.