Las tensiones vuelven a la vida de Isabel Pantoja. Si pensabais que fuera de prisión todo sería un verdadero camino de rosas, os equivocabais. Siempre hay dramas cuando la tonadillera está involucrada. Parece su sino.
Ahora Isabel vive su penúltimo enfrentamiento con la que fuera la mujer encargada de la crianza de sus hijos, Dulce Delapiedra, una fiel trabajadora que ahora ocupa el cargo de niñera del pequeño de Chabelita. Tradición familiar.
Las cosas entre ellas están la mar de tensas desde hace dos años. Nos tenemos que remontar al año 2014 para comprender que las relaciones entre ellas no son las mejores desde que Isabel la despidió de la noche a la mañana y la obligó a marcharse de su casa. Dulce vivía en Cantora con la familia, y cuando estos estaban en Madrid, se hospedaba en la casa de la Moraleja. La salida de Delapiedra fue abrupta y se produjo sin más miramientos. Después de llevar 25 años entregada al cuidado de Kiko y Chabelita, Dulce se vio en la calle, sin poderse llevar ni tan si quiera sus pertenencias. Y son esas, precisamente, las que ahora reclama.
Tras el despido, solo pudo recuperar sus objetos que se encontraban en Madrid, y fue gracias a Celeste, la gran amiga de la artista, quien se los devolvió. En cambio, las cosas de Cantora no corrieron la misma suerte. Pantoja todavía no se las ha dado y parece no tener ninguna intención, por eso Dulce ha enviado un requerimiento notarial que obliga a su exjefa a devolver lo que dejó en su casa. Si no obedeciera, entraría en juego una demanda, que se ve dispuesta a llegar a término llegado el caso.
La última vez que se vieron las caras, saltaron chispas. Dulce se personó en Cantora y, una vez más, pidió que le entregaran sus objetos. Pantoja se enfadó ante tal visita y se volvió a negar a darle nada.
Isabel sale de la cárcel para volver a tener problemas de demandas y pleitos. El drama nunca abandona a esta familia…