Hoy, 21 de noviembre, se celebra la gran final de La Casa Fuerte. Termina una edición marcada por la polémica entre Kiko Rivera e Isabel Pantojaque ha traído de cabeza a Isa Pantoja y a Asraf Beno en la villa. También, muchos de los concursantes han entrado con problemas que resolver del exterior pero, sin duda alguna, Samira Jalil y Antonio Pavón se han encargado de poner la guinda final al reality. Sí, la argentina y el torero han protagonizado un ardiente edredoning en el baño de su habitación y, tras entonar el mea culpa por lo sucedido (ya que Pavón está comprometido), Samira ha destapado sus verdaderos sentimientos hacia él.
Tras casi dos meses de convivencia, Samira Jalil y Antonio Pavón han creado un vínculo muy fuerte y se han dejado llevar como nunca antes lo habían hecho. Ambos se siente completamente arrepentidos y la argentina ha confesado que el exconcursante de Supervivientes 2020 podría ser un novio perfecto para ella. ¡Muy fuerte!
"Pavón me ha sentir últimamente como nadie, muy protegida, respetada, es un tipo con el que reírse, que baila, divertido, un caballero. Me siento avergonzada, han sido siete semanas de convivencia sana. Es una niñatada, una mierda, me siento una basura", ha reconocido Samira Jalil pidiendo disculpas a Joi, la prometida de Antonio Pavón.
"No hay día que no me haya hablado de ella, de sus planes. Pido perdón con el corazón. Me preocupa su futuro y su pareja, la hemos cagado después de un concurso limpio y sano", ha continuado afectada.
Y es que ella lo tiene clarísimo... ¡Sí podría mantener una relación sentimental con Pavón! "Él está a punto de casarse, yo sí lo tendría como pareja. Me encanta Pavón, es gracioso, es un caballero, un amor de persona", ha rematado la extronista de Mujeres y hombres y viceversa.
Samira y Pavón se han enfrentado a las imágenes al igual que Joi que no ha dudado en reaccionar a la infidelidad de su futuro marido: "Lo que tenga que hablar lo hablaré con él en privado. Me he quedado helada", confesaba la joven dejando claro que no quería hablar en ese momento con él.
Pavón, por su parte, sí ha roto su silencio: "Tengo un remordimiento de conciencia muy fuerte que no me ha dejado ni comer ni dormir... Nunca había pensado que iba a sentir algo así. No me siento bien. Samira y yo hemos congeniado muy bien, como amigos, como hermanos. Nos queremos mucho y siempre nos hemos tratado con cariño y respeto. Yo, personalmente, metí la pata. Es una falta de respeto".