Kiko Rivera se enfada con Jota Peleteiro por su hijo

El desencuentro tuvo lugar en las redes sociales, donde el DJ después fue reprendido por los seguidores del futbolista

Jota Peleteiro cuelga en Instagram una foto de su mujer, Jessica Bueno, en un parque, un día de primavera. Ella va con sus dos hijos, Francisco y Jotita, el bebé que ha tenido con el futbolista. Peleteiro escribe entonces el siguiente mensaje, “después de esta mini gira, ya con muchas ganas de llegar a casa para estar con mis tres amores ❤️❤️❤️👼🏼👼🏼👼🏼”. Hasta ahí todo bien, ¿no os parece? Pues Kiko Rivera no opina de igual modo…

Ese es mi hijo Francisco Rivera. Sube fotos del tuyo. Si hay una próxima vez ya no te lo pediré de buenas maneras. Gracias”. Así de contundente fue el mensaje que el hijo de Isabel Pantoja plató en la red social del nuevo marido de su ex. ¿Era para tanto? A juzgar por los mensajes de los demás fans del deportista, desde luego que no, ya que han desaprobado la actitud agresiva y cortante de Kiko.

Y nosotros, aunque nadie nos ha pedido la opinión, vamos a dar la nuestra que para eso nos encanta mojarnos. Se ha pasado. Kiko Rivera se ha pasado. Aquí se merece un tirón de orejas o de gorra. De lo que él elija, pero se tiene merecida una reprimenda. El mensaje de Jota está hecho con todo el cariño del mundo, en ningún momento se muestra la cara del niño (uno de los deseos de su madre es que se respete su derecho a la intimidad) y las palabras están bastante medidas. El portero del Eibar está orgulloso de la familia que han creado, de la que forma parte el hijo mayor de Jessica y que fue fruto de su romance con Rivera. Qué suerte la de ese niño, que no solo tiene un padre, ¡sino dos! Dos personas que velan por él y se preocupan de que sea feliz; en lugar de atacarlo, ¿no sería estupendo que se celebrara? Cuando Jessica deja al niño con Kiko e Irene, el pequeño cuenta con su familia del sur deseando achucharlo y darle todo el amor. En lugar de plantearlo como un problema, creemos que habría que plantearlo como una ventaja indudable. Y fuera malos rollos, amenazas varias y rencores. Como dijo el sabio Aless Gibaja, “cero dramas, siempre smile”.