“Siempre se ha dudado de quien era mi padre”. Kiko Rivera ha querido abordar uno de los aspectos que más se ha comentado sobre su vida. Un rumor que ha durado mucho tiempo y que le afectó de forma profunda. “Con mi paranoia mental, me duró mogollon”, ha explicado. Y es que el evidente parecido entre el hijo de Isabel Pantoja y el doctor Cariñanos, uno de los otorrinos más conocidos de Sevilla y que había tratado a su madre, dejaba poco margen a las dudas.
El rumor siempre ha estado sobre la mesa. Mientras nunca se ha dudado de Fran y Cayetano Rivera, con una semblanza más que notable con el difunto Paquirri, con Kiko no ha sido siempre así. Las habladurías sobre que pudiese ser hijo del doctor Cariñanos le persiguieron durante mucho tiempo. Tanto que incluso llegó a tener la certeza de que así era. Al menos, de convencerse de que así era. Un trance que duró mucho tiempo y que martirizó al hijo de Isabel Pantoja
Rivera, como ha contado ahora, nunca habló de ello con su madre porque le parecía una falta de respeto. “Es que yo veo la foto de ese tío y yo veo que me parezco a ese tío”, ha confesado en el podcast ‘Poco se habla’, con Xuso Jones y Ana Brito. Tampoco su madre hizo nada para aliviar el dolor de su hijo. Era un tema del que nunca se comentó nada en Cantora. Un tema más del silencio de los Pantoja.
Los rumores sobre la paternidad de Kiko Rivera
“Siempre se ha dudado de quien era mi madre. Un medio muy famoso en Sevilla, que lo mató la ETA, Cariñano, veo las fotos y me parezco a ese tío”, explica Kiko en el podcast. “Ahora mismo no, estoy más moderno”. Siempre con una broma a punto, Kiko trataba de quitarle hierro al asunto pero fue algo que le dolió y mucho. “Como siempre se decía eso y yo le preguntaba a mi madre si a mí me había dejado algo y me decía que no, pues dije: ya está, mi padre se enteró de esto y mi padre a mí ni me quería”.
Que Paquirri no le hubiese dejado nada en herencia, a diferencia de a sus hermanos Fran y Cayetano, era la prueba que necesitaba para saber que posiblemente no era su padre. Ahora, Kiko, ya sin nada de esto en la cabeza, sabe perfectamente que no son más que rumores y habladurías. A pesar de su evidente parecido con el difunto doctor Cariñano, solo es fruto de la casualidad.
De hecho, fue esta herencia la que hizo que su relación con su madre se rompiese completamente. Kiko Rivera descubrió todo en Cantora y fue cuando decidió acudir a televisión y protagonizar ‘La herencia envenenada’, una serie de especiales en las que desgranó todo lo vivido con Isabel Pantoja y que conllevaron que madre e hijo ya no tuviesen relación desde entonces.
El doctor Cariñanos, el otorrino de Isabel Pantoja
Antonio Muñoz Cariñanos, más conocido como el doctor Cariñanos, era el médico de los artistas. Una de las personas de confianza de Isabel Pantoja hasta que ETA le asesinó y sesgó su vida el 16 de octubre de 2000, en Sevilla. La influencia y el vínculo con Cantora fue muy significativo y se prolongó durante años. Era Irene Rosales la que recordaba como habían seguido teniendo contacto con él hasta antes de su muerte como profesional médico. Su parecido con Kiko, claro, alimentaba rumores sobre la supuesta paternidad del joven.
Cariñanos se había ganado el respeto y la confianza de los artistas más importantes de la época. Por su consulta pasaban, además de la propia Isabel Pantoja, figuras de la talla de Rocío Jurado, Lolita, Raphael, Juanita Reina, Marifé de Triana, Camarón de la Isla o Mónica Naranjo. Además de artistas del entorno de la tonadillera, como María del Monte y Chiquetete.
El asesinato del teniente coronel médico del Ejército del Aire causó un gran impacto. Su reputación y el cariño que le tenían todos se extendía más allá de su clínica situada en la calle Jesús del Gran Poder de Sevilla, donde tuvo lugar el trágico desenlace. El cuerpo sin vida fue descubierto por la enfermera del médico. Sus asesinos, Jon Igor Solana Matarranz y Harriet Iragi Gurrutxaga, fueron localizados y detenidos en mitad de un tiroteo. Fueron condenados a 53 años de cárcel por varios cargos además del asesinato del médico militar.
Las declaraciones del hijo de Cariñanos
“Kiko me contactó por Instagram. Conocía mi historia y me preguntó si estaba dispuesto a comparar nuestro ADN. Con todo lo vivido en los últimos meses y rota la relación con su madre, hasta ese punto dudaba de quién podía ser su verdadero padre”. Francisco Javier, hijo extramatrimonial del doctor Cariñanos contó en una entrevista a 'La Vanguardia' su historia. “Fue mi madre quien me contó, el día siguiente a su asesinato a manos de la banda terrorista, quién era mi verdadero padre. De algún modo, lo sabía. Y deseaba que lo fuese”.
"Cuando hablé con él, se lo dije, que hay que hacerlo porque hay que cerrar puertas y entonces llegarás a ser quien eres", apuntó Francisco Javier en una intervención en 'Scocialité'. "Yo creo que está preocupado. Tuve una conversación larga con él y sí que está... pero está tocado por muchos costados". Francisco, tal y como él mismo contó, durante un partido de fútbol robó una colilla que, supuestamente, había pertenecido a Kiko. Hizo las pruebas y el resultado fue negativo. Con todo, aseguró que no era demasiado fiable.
Francisco Javier inició los trámites para saber si el doctor era su padre en 2001. Comenzó ahí un terremoto familiar que todavía dura a día de hoy. De hecho, esa supuesta conversación con Kiko Rivera tampoco sentó demasiado bien a la familia del difunto. El hijo de Isabel Pantoja, por su parte, nunca dio más crédito a los rumores, como ahora se ha podido evidenciar en su última entrevista junto a Xuso Jones.
El silencio de Isabel Pantoja
Años de rumores y especulaciones y ningún gesto por parte de Isabel Pantoja. Kiko Rivera reconocía el dolor que le había supuesto tener que escuchar constantemente que Paquirri no era su padre. Algo que hubiese tenido tan fácil solución como que su madre, Isabel Pantoja, cortase por lo sano las especulaciones y confirmase que nada tenía que ver con el doctor Cariñanos. La cantante, en su lugar, permaneció en silencio y nunca salió al paso de los rumores que afectaban a su hijo.
Pantoja sí mantenía una muy buena relación con el que era su doctor. De hecho, al conocer su asesinato, la tonadillera, según crónicas de la época, se mostró muy afectada. Era ya una relación personal y profesional la que mantenían después de tantas décadas. Por la consulta del médico habían pasando tanto Pantoja como la mayoría de las cantantes de su época. Era un imprescindible para cuidar la voz.