La decisión parece irrevocable. Ya hacía tiempo, mucho, que Kiko Matamoros había anunciado que no se sentía cómodo con su continuidad en Sálvame y que valoraba la opción de dejar la televisión. Demasiada presión, demasiados golpes, demasiado todo. Lo que nadie esperaba era que el colaborador se marcharía de repente, sin despedirse de nadie, ni dar explicaciones. Kiko ha decidido bajarse del barco sin avisar y a sus compañeros, fundamentalmente, les ha dado mucha pena. Todos le echarán de menos. Incluso Lydia.
Ya sabíamos que la continuidad de Kiko Matamoros en Sálvame pendía de un hilo. El colaborador hacía ya mucho tiempo que no se encontraba bien en el programa. Él mismo lo había advertido, aunque también había asegurado que no le quedaba otra que seguir trabajando. Hasta que, la semana pasada, todo cambió. Kiko se marchó de su puesto de trabajo como un día más y nadie sospechó que iba a ser la última vez que le verían. El colaborador ha decidido dejar la televisión, al parecer, definitivamente.
Kiko Hernández hacía saltar la liebre al preguntar por la ausencia de Matamoros durante la semana. La versión oficial apuntaba a que estaba descansado pero, sin duda, había algo más. La primera en confirmarlo era Chelo. “Yo le he mandado un mensaje porque quería hablar con él sobre lo que se había publicado de su hija”, relató la periodista. “Le he preguntado si iba a venir hoy y me ha dicho, textualmente, 'no voy a volver'”. Un mazazo que nadie esperaba. Kiko dejaba Sálvame de una vez por todas.
La preocupación se instalaba entre sus compañeros, sobre todo en aquellos más cercanos al colaboradora. “Matamoros tiene muchos problemas, todos lo sabemos”, detallaba Kiko Hernández. “Lo ha compartido con nosotros y no sé cómo ha aguantado tanto. No solo en Sálvame, sino fuera de Sálvame”. Hernández pensaba en las dificultades económicas que ha contado su ya excompañero y en cómo podría hacer frente sin contar con el ingreso del programa.
“A mí me dijo que había sido una decisión personal, que no estaba con ánimo o fuerza para seguir en estos momentos”, explicó Terelu. “Yo le dije que confiaba en que, con la buena voluntad de todos, las cosas se calmaran y que él se sintiera mejor”. Algo que molestó a Mila, pues es del convencimiento de que el problema es personal de Matamoros, no de los demás. Jorge Javier también apuntaba por el mismo lugar.
“Yo lo he pasado muy mal este fin de semana”, confesaba Mila. “No vine a trabajar el sábado porque me daba una profunda pena que Kiko se fuera. Porque es mi colega, mi amigo, mi cómplice. Mis mejores momentos en Sálvame han sido en el eje del mal. Kiko Hernández, Kiko Matamoros y yo éramos una piña”. Mila lamentaba mucho su ausencia y pensaba que el programa iba a resentirse. “Tiene mucho talento, sentido del humor y es un buen tío”.
Gema apuntaba a la ruptura del eje del mal como origen de los problemas de Matamoros en el programa. “Todos hemos notado que, a veces, no encuentra su hueco aquí, que no está en su mejor momento”, reafirmaba Terelu. “Creo que Kiko se cansó de ser el malo”, continuaba Gema. Los colaboradores no podían creer que Matamoros ya no iba a volver al programa. ¡Con los momentos que nos ha dado en estos ocho años!
La clave la dio Jorge Javier. “Yo creo que, de un tiempo a esta parte, estaba muy tocado emocionalmente. Se resquebrajaba con mucha facilidad, lloraba mucho en plató”. Para el presentador, la salida de sus hijos y los comentaros que hicieron sobre su faceta como padre fueron definitivos para acabar con su entereza. “Hay un momento en que se fractura algo en su interior y eso le provoca mucha inestabilidad”, apuntaba Terelu.
Ninguno, ni Lydia, objetivo de muchas de sus broncas, podía creer lo que estaba sucediendo. Aunque todos coincidían en algo: esto es definitivo. Parece que Kiko tiene muy claro que no va a volver. Ojalá le vaya todo muy bien y también ojalá se lo piense. Sálvame no será lo mismo sin él. Nosotros también le echaremos mucho de menos. ¡Ánimo, Kiko!