El regreso de Kiko Hernández a ‘Sálvame’ ha sido tan esperado como polémico. La paternidad no le ha ablandado un ápice, especialmente con una de sus 'amienemigas' más célebres: Lydia Lozano. Ayer, y con el sinsabor de que esta no se haya interesado lo suficiente en estos meses por él, el ‘chatín’ cortó toda clase de relación con su compañera.
¿Pero dónde podemos situar el origen de esta amistad tan ‘contigo pero sin ti’? Debemos retrotraernos hasta más de una década atrás. Los dos mantenían un compadreo maravilloso dentro y fuera del plató de ‘A tu lado’, el magacín vespertino de Emma García. Él, tras pasar por ‘Gran Hermano 3’ se había convertido en el colaborador que todos querían tener en su programa. Al lado de Lydia pasó tardes muy divertidas y le confió sus mayores secretos. Quedaban, se llamaban… ¡no había amigos más unidos! Kiko, con toda la confianza que le había dado Lozano, le reveló que atravesaba una enfermedad, y, celoso como ninguno de su intimidad, pidió que no revelase nada.
El verdadero problema surgió cuando esta información llegó a los medios, ¿quién lo había contado? Kiko no tuvo dudas, para él, la persona que lo hizo fue Lydia, pero ella sostiene otra versión: jamás le vendió, sino que lo hizo otro compañero.Siempre se ha negado a dar el nombre de ese supuesto ‘traidor’.
Tras ‘A tu lado’ llegó ‘Sálvame’ donde los dos volvieron a coincidir. Kiko se la tenía jurada a Lozano, que aprovechaba a la mínima para picarla. Incontables son las veces que la periodista ha acabado llorando por culpa de estos enfrentamientos. El dolor de Kiko por la traición sufrida no había sanado.
Pero la gota que colmó el vaso tuvo lugar hace escasas semanas. Cuando Kiko se sentó en ‘Sábado Deluxe’ advirtió a todos que se había sentido muy decepcionado con una compañera en concreto. Según él, Lydia no le había escrito y casi no se había interesado por sus hijas, que se debatieron en la vida y la muerte. A su llegada a ‘Sálvame Diario’, Hernández dejó clara una cosa: no quería saber más nada de la que antaño fue una de sus mejores amigas. Le perdonaba todo menos el egoísmo que había demostrado con él.