Este lunes se ha celebrado en Esplugues de Llobregat, Barcelona, la primera vista del juicio de divorcio de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana. A su llegada a los juzgados el empresario expresaba ante la prensa cuál era su deseo: “Que nos separen ya, que nos divorcien, que llevamos más de un año ya”. Santacana aseguraba que su única condición es que se cumplan los acuerdos entre él y la extenista.
El empresario ha desmentido que se haya quedado con la fortuna de Arantxa Sánchez Vicario. “Es rotundamente falso”, aseguraba a las puertas de los juzgados. Josep Santacana también se pronunciaba ante la prensa sobre el asunto relacionado con los hijos del matrimonio: “Desde finales de verano tenemos un acuerdo firmado por la jueza con custodia compartida”.
En sus declaraciones a los medios antes del juicio, el empresario ha dicho que su relación con Arantxa Sánchez Vicario es “cordial” y ha asegurado que suelen verse y que se hablan todos los días. “El sábado estuvimos celebrando el cumpleaños de la niña cenando los cuatro juntos”, ha dicho Josep Santacana.
Arantxa Sánchez Vicario, que igual que su expareja reside en Miami, ha decidido no desplazarse hasta Barcelona para la primera vista del juicio, ya que no era necesaria su asistencia. Tampoco lo era la del empresario, por lo que su presencia ha causado una gran sorpresa.
Las partes no han llegado a un acuerdo. Mientras que Arantxa Sánchéz Vicario quiere que el juicio del divorcio se celebre en EEUU, Josep Santacana prefiere que tenga lugar en España. El empresario saldría beneficiado en este último caso y, además, evitaría el pago de los 7,5 millones de euros que el Banco de Luxemburgo reclama a su ex.