Así era la casa de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana antes de marcharse a Miami

La tenista y el empresario posaron en exclusiva para 'Lecturas' en su casa antes de hacer las maletas y trasladarse a Estados Unidos

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Eran todavía una familia feliz. Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana posaban en exclusiva para Lecturas antes de hacer las maletas para instalarse en Estados Unidos. El enfrentamiento con la familia de la tenista había sido demasiado intento y necesitaban poner tierra de por medio. Tan solo tenían un obstáculo que vencer antes de dar carpetazo a Barcelona: vender su casa. La pareja necesitaba cerrar el acuerdo para comenzar de nuevo. Así lo contaron en su entrevista...

El haber tenido que luchar ha hecho que los dos estemos más unidos que nunca”. Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana llevaban cinco años de casados y todo parecía de color de rosa. Al menos, dentro de la pareja. Fuera, la tormenta. La tenista se había enemistado hasta límites insospechables con su familia, las deudas cercaban su patrimonio y la presión social era difícil de sobrellevar. Así que, acompañados de sus dos hijos, se instalaron en Miami.

Arantxa y Josep abrieron las puertas de su casa a Lecturas en dos ocasiones. Posaron con sus hijos Arantxa y Leo, narraron su historia de amor -a prueba de bomba por aquel momento- y trataron de mostrarse por encima de polémicas. La propiedad, situada en Esplugues de Llobregat, era un chalet de 750 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Un casoplón al nivel de una de las mayores figuras del tenis de nuestra historia.

Situada en la misma zona residencial que habían elegido Gerard Piqué y Shakira, la casa estaba valorada en cuatro millones de euros. Amplio jardín, piscina y unas espectaculares vistas sobre Barcelona culminaban el pack. No costó mucho que los primeros interesados acudiesen a visitarla. Cesc Fábregas y su pareja, Daniella Semaan visitaron la propiedad acompañado por el propio Santacana, tal y como explicó Lecturas.

Aquella casa simbolizaba la unión del matrimonio. La etapa en la que lucharon contra viento y marea y consiguieron permanecer juntos. Luego llegó Miami y los problemas que han terminado en una explosiva separación. Alejada de Santacana, la tenista ha vuelto a retomar el contacto con su familia. Le queda por delante una dura lucha judicial con el que es todavía su marido. Y eso sin entrar en los problemas económicos con el Banco de Luxemburgo.

Hace tiempo que la vida de una de las mejores tenistas de nuestro país dista mucho de ser perfecta. ¿Conseguirá Arantxa Sánchez Vicario superar el trance? Su grito de '¡Vamos!' vuelve a ser más que necesario.