Que si fue ella la que filtró los vídeos, que si no aprobaba la relación... Del papel de Isabel Preysler en la ruptura de su hija, Tamara Falcó, e Íñigo Onieva se ha hablado largo y tendido. Sin embargo, poco o nada se ha podido confirmar. Si la pareja del escritor Mario Vargas Llosa es la que ha mecido la cuna en toda esta tormentosa historia, del entorno familiar y de confianza no ha salido ninguna información que lo corrobore. Es más, su mediática hija lo que no se ha cansado de decir que su apoyo ha sido fundamental para superar este trago sentimental.
Isabel Preysler, que dio cobijo físico y emocional a Tamara Falcó cuando más lo necesitó, ha dejado pasar el momento más intenso de la polémica y se ha animado a hablar de sus sentimientos como confidente, pilar, pero sobre todo, madre. Lo ha hecho sincera y con unas palabras teñidas de un dolor que va pasando, pero que no olvidan el nombre y el apellido de quien lo causó: Íñigo Onieva.
La primera impresión que dan las palabras de Isabel Preysler al abordar, por fin, la ruptura de la colaboradora de 'El Hormiguero' y el ingeniero, es orgullo. Satisfacción y aprobación por la manera en que su hija ha afrontado la situación y por cómo la ha cerrado. Tamara Falcó ya ha dejado claro que ha dado carpetazo a su relación. Ha sido en tiempo récord, con tanta velocidad como pasó de estar comprometida a soltera sin compromiso en solo un fin de semana.
En todo aquel proceso han estado a su lado, la 'socialité' de 71 años y su hermana, Ana Boyer, que no dudó en coger un avión para arroparla. La madre de Enrique Iglesias seguro que también está feliz por haber podido ser consuelo y fuente de consejo para Tamara, y así lo deja patente en este vídeo.
Tres años han sido los que han estado juntos Tamara e Íñigo, y en los que Isabel Preysler se ha mantenido discreta a la hora de valorar la relación. Sin embargo, una de las frases de la reina de corazones sugiere más de lo que aparentemente dice: “Ver sufrir a un hijo es lo peor”. La Navidad, que está a la vuelta de la esquina, seguro que acaba ayudando a cerrar esas heridas que ha producido en madre e hija toda esta situación que ya es agua pasada.