Desvelado, por fin, uno de los mayores secretos de la boda de Tamara e Íñigo Onieva. El vestido que lució en la ceremonia la madre de la novia, Isabel Preysler (72 años), firmado por Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, es un diseño que dejaba los hombros de Isabel al descubierto, con una enorme flor en el escote. Un vestido, por cierto, que cuesta 4.433 euros y cuyo diseño original está confeccionado en tul mórbido. En 'Fiesta' mostraron las imágenes del vestido y, en otra foto, la tela con la que se confeccionó el modelo que lució Isabel en el día más importante en la vida de su hija Tamara.
Claro que antes de que los novios y los invitados disfrutaran de la ceremonia y la fiesta, todo eran nervios. Hasta Isabel, que tiene un carácter templadísimo, ha acabado sucumbiendo a lo que implica una boda. La socialité casó ayer a su hija Tamara Falcó, después de haber pasado varios amagos de cancelación y de escollos que pusieron en riesgo seguir adelante con la misma. A eso de las seis de la tarde, la madre de la novia salía de su casa en Puerta de Hierro, para dirigirse a El Rincón, donde la más natural de sus 5 vástagos dio el ‘sí, quiero’.
Tamara Falcó, acompañada de un equipo de seguridad y de su maquilladora, salía casi dos horas antes. A eso de las cuatro de la tarde, la novia y su séquito abandonaban la casa de la socialité, donde ha pasado la noche. La colaboradora de ‘El Hormiguero’ sonrió a la prensa, amigable y con ojos de auténtica ilusión. Vestía look blanco, y maquillaje natural, para, una vez en El Rincón, marcarse su versión más nupcial.
Isabel Preysler pasó con Tamara Falcó sus últimas horas de soltera. Madre e hija vivieron una noche muy especial, en la que habrán podido compartir confidencias y anhelos. La socialité la habrá sabido calmar y escuchar, mientras que la novia se desahogaba con ella antes de darle el sí quiero a su prometido; ese con el que ha pasado por tantas etapas, y al que ha sido capaz de perdonar, a pesar de las infidelidades.
Y no solo eso, Tamara Falcó estuvo arropada por su madre en los últimos días desde que regresó de la clínica en la que se ha sometido a un tratamiento 'detox'. "Han tenido unas sesiones intensas madre e hija. Isabel es muy sincera. Y me dice, 'mi hija no se va a ir de casa', siempre va a estar en esta casa'", desvela Beatriz Cortázar en el especial de la boda que ha emitido Antena 3. "Ella me dice que si mi hija es feliz, adelante", ha terminado diciendo, compartiendo la bendición que Preysler ha lanzado a la boda de Tamara e Íñigo Onieva.
Isabel Preysler, una de las protagonistas del día
Isabel Preysler no ejerció de madrina, aunque no le hizo falta. La reina de corazones casó a su hija y todas las miradas estuvieron puestas en ella. Es una de las mujeres más elegantes de nuestro país, por lo que su look será uno de los analizados con lupa una vez que vea la luz. Hubo un verdadero duelo estilístico en la cumbre cuando se crucen ella y Carolina Molas, la madrina. Una, de Carolina Herrera, la misma firma que vistió a la novia, y la otra de uno de nuestros mejores alfileres, Lorenzo Caprile.
Mientras vemos el vestido exclusivo que lucirá en el enlace, a su llegada a la finca, Isabel Preysler se dejó ver con un vestido tipo túnica con motivos floreados, navajos y con colibríes. Una opción muy cómoda para, una vez dentro del palacete, poderse cambiar y lucir la pieza que llevó a lo largo de la fiesta.
Y si importante es el vestidazo de la boda, no menos lo es la apuesta para llegar hasta ella. En este caso, Isabel Preysler apostó por una de las tendencias que más gustan a las mujeres que quieren ir frescas, cómodas y con un vestido sueltecito. Hasta en esta ocasión, la madre de la novia, dictó estilo con su túnica que favorece a las pieles bronceadas como la suya.