Que Isabel Pantoja se alegra por el sueño que va a cumplir el año que viene su sobrina Anabel Pantoja, es más que evidente. Pero, como mujer de tradiciones y dueña y señora de una familia tan matriarcal como la que habita en Cantora, no cabe duda de que tiene una espinita clavada después de saber que su "niña" se casa.
Y es que a la tonadillera le hubiera gustado intervenir más durante la organización y ejecución de la romántica pedida a través de la que Omar Sánchez, novio de Anabel, le pidió matrimonio.
Ocurrió el pasado 23 de mayo, durante un reportaje fotográfico que su sobrina estaba realizando en Fuerteventura. Por aquel entonces, Isabel se encontraba concursando en Honduras, luchando por el cheque de 200.000 euros de premio, y ajena totalmente al paso enorme que estaba dando Anabel a miles de kilómetros.
Este jueves, la joven empresaria optaba por recibir a su tía en el plató de 'Supervivientes', sacrificando la celebración de cumpleaños de su novio Omar. La tertuliana aprovechaba entonces para darle las buenas noticias a la artista, que tenía una reacción que dejaba a cuadros a Anabel. Al informarle de que el enlace se producirá el año que viene, Isabel le soltaba: "¡Bueno, tú no te casas entonces!".
En 'Conexión Honduras', justo cuando las manecillas del reloj superaba la medianoche, Anabel cumplía 33 años. La colaboradora de 'Sálvame' alcanzaba su nueva edad acompañando a su tía detrás de las cámaras. Jordi González y la tonadillera la hacían salir para cantarle el cumpleaños feliz y, cómo no, para esta comentadísima salida de tono de la Pantoja tras conocer sus planes de boda.
"Mi niña se me casa el año que viene. Bueno, bueno, a ver qué pasa que todavía queda un año...", repetía Isabel, como ya hizo en privado, aunque en un claro tono distendido. La intérprete de 'Marinero de luces', que conoce muy bien a su sobrina y sabe el apuro que siente si cree que la ha decepcionado, adoptaba un gesto severo, se dirigía a las cámaras y mandaba un órdago a su prometido: "Omar, contigo todavía no he hablado. Que antes de montarte en la tabla tienes que hablar conmigo. Tú sabes que te tengo que dar el visto bueno, porque si no, nanai". ¡Menuda forma de cortar el rollo a la pareja! Suerte que rápidamente cambió el tono, evidenciando que se trataba de una broma y compartía la felicidad de su sobrina, que lloraba emocionada a su lado.
Y es que su "niña" Anabel es una de sus personas favoritas, y es normal que se preocupe y desee lo mejor para ella. "La amo. Es como una hija para mí. Cuando nació estábamos locos por tener una niña en la familia. Lleva el nombre de mi madre, de su yaya, Ana, e Isabel, por mí, su tía y madrina. Es la única sobrina que tengo, pero es la mejor, la más guapa, la más linda, la adoro, me muero por ella, porque es única", concluyó exultante.