Iñigo Onieva es otro: nueva despedida de soltero (sin fiesta ni excesos) en Italia y Croacia

Iñigo Onieva vuelve a compartir cómo está siendo su despedida de soltero, demostrando que se ha alejado la fiesta

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Iñigo Onieva
Instagram @ioneva

Quedan muy pocos días para una de las bodas del año. El próximo 8 de julio Íñigo Onieva (34 años) y Tamara Falcó (41 años) se darán el 'sí, quiero en una de las ceremonias con más repercusión para la sociedad del papel couché. De hecho, este evento nupcial en la finca El Rincón (en Aldea del Fresno), que tiene más de 400 invitados, es uno de los más esperados y con más expectación de la temporada. 

Pero mientras llega el gran día y tras unas semanas llenas de catastróficas desdichas (a muchos les parece que la boda está gafada), el empresario ha hecho de nuevo las maletas para disfrutar de otra despedida de soltero con amigos. Dispuesto a desconectar de la ansiedad que le ha provocado todos los preparativos y después de haber estado en Budapest, el futuro yerno de Isabel Preysler (72 años) ha puesto rumbo a dos de los destinos más de moda en Europa: Italia y Croacia.

Así está siendo la despedida de Iñigo Italia y Croacia

Iñigo y sus amigos han hecho una o primera parada en Venecia. Vestido con una gorra y gafas de sol, el empresario ha visitado esta increíble ciudad. Onieva ha podido disfrutar de multitud de rincones como la basílica de San Marcos o el palacio Ducal, pero también de la zona cultural y universitaria, tranquila, con galerías de arte y tiendas muy chulas. Posando frente a los canales, los cuales seguro han recorrido en góndolas, el futuro marido de Falcó también ha podido probar algunos de los platos típicos de la gastronomía como la pasta fresca, la pizza al horno de piedra y el carpaccio de ternera (tal y como ha mostrado en sus historias de Instagram). 

Iñigo siempre ha dicho que es un gran amante de la cocina. De hecho, junto a Tamara tiene un grupo, llamado The Gourmet Club, con el que cada semana acuden a un restaurante distinto para probar el menú. Además, Onieva ha mostrado un mural hecho de cintas de casete en el hotel The St. Regis Venice, donde pasar la noche puede llegar a costar hasta 2.500 euros. Y es que este lujoso emplazamiento cuenta con un estilo y un diseño vanguardista que fusiona interiores modernos y sorprendentes con su origen histórico y la mejor ubicación de la ciudad. Flanqueado por el Gran Canal con vista a los emblemáticos lugares de interés, el hotel se alza en esta posición privilegiada desde hace más de un siglo y medio. Tiene 130 habitaciones y 39 suites (algunas con terraza privada), un espacio para relajarse y socializar, el jardín Italianate, y el St. Regis Bar y de Arts Bar, donde Iñigo y sus amigos pudieron disfrutar de una velada cómoda y exclusiva. 

El siguiente punto de este viaje ha sido Pula, en Croacia, donde han podido disfrutar de un relajante baño en una 'infinity pool' y de una preciosa puesta de sol. Iñigo y sus amigos están visitando los principales monumentos romanos, entre los que destacan el Anfiteatro, la puerta de Hércules, el Templo de Augusto y el Arco de los Sergios, de esta ciudad costera ubicada al norte de la Península Balcánica. 

Iñigo Onieva y amigos

Iñigo y sus amigos disfrutan de un viaje cultural en Pula (Croacia). 

Instagram @ioneva

Pero no solo eso, el grupito ha mostrado en sus redes sociales cómo este viaje no es para nada organizado a nivel fiesta sino a nivel reconexión con la naturaleza. Iñigo y sus amigos han alquilado unas motos acuáticas y han recorrido algunas calas con aguas cristalinas. Eso sí, también ha habido tiempo para la adrenalina, ya que todos ellos han disfrutado como niños pequeños con un poco de velocidad en el mar mientras conducían estos vehículos. 

Iñigo Onieva en Budapest

Hace unas semanas que Iñigo también viajó a Budapest en una de sus despedidas organizadas por amigos. Un pequeño viaje a la capital húngara (esperamos que la cantante 'no impida esa boda') en el que tampoco hubo ninguna juerga extrema ni nada que pudiera parecer alocado. Una imagen muy distinta a la que tenía cuando empezó a salir con Tamara y que parece haber aparcado para ser una nueva persona con una nueva vida. 

Íñigo se fue hasta Hungría con un grupo de amigos con los que pasó cuatro días que muchos creerían que serían muy intensos. Pero nada más lejos de la realidad, ya que el futuro marido de la marquesa de Griñón también compartió en sus redes sociales varias instantáneas en las que todo parecía muy tranquilo. Los "The Curris", como se hace llamar uno de los grupitso de colegas de Onieva (él mismo ha titulado el álbum que ha colgado en su perfil), pudieron disfrutar de Budapest, ciudad en la que también hicieron muchos más planes de día que de noche.

Y aunque fue un plan muy tranquilo, lo cierto es que disfrutaron de la parte traviesa de la ciudad, la que sabe a chupitos de Unicum y Soproni. De hecho, en varias fotografías el grupo fumando 'sisha' posó sentado en unas mesas en las que se ven algunas cervezas o copas de balón, en las que seguramente hubiera 'agua con misterio'.