Uno de los efectos colaterales de la boda entre Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) es que tras darse el "sí, quiero", el hijo de Carolina Molas se convertía en el flamante marqués de Griñón, por mor de su matrimonio con Tamara. Obviamente, Íñigo Onieva no pasa a tener la titularidad del marquesado, ya que es propiedad de su mujer. Él solo será, es, marqués consorte y podrá usar ese título siempre y cuando siga casado con Tamara.
"No lo tengo interiorizado, ni creo que lo haga a corto plazo", ha confesado Íñigo Onieva sobre esta distinción en la revista '¡Hola!'. Son sus primeras palabras sobre cómo lleva ser el marqués consorte de Griñón, un título de distinción y que afecta al tratamiento protocolario del empresario que perdería en caso de divorciarse.
Un título heredado del padre de Tamara
La hija de Isabel Presyler recibió en herencia de su padre el marquesado de Griñón, un título nobiliario al que Carlos Falcó tenía mucho cariño pues, según sus palabras, fue el título con el que se identificaron los años en que Carlos Falcó e Isabel Preysler estuvieron casados. En esos años, Isabel Presyler era conocida como la marquesa de Griñón, aunque perdió ese rango cuando se divorció del padre de Tamara para unirse a Miguel Boyer.
Cuando se abrió el testamento de Carlos Falcó, Tamara recibió su correspondiente parte de la herencia, al igual que sus otros hermanos por parte de padre, Manuel y Xandra, hijos de Jeannine Girod –posteriormente, casada con el que fuera presidente del Real Madrid Ramón Mendoza–, y Aldara y Duarte, hijos de Fátima de la Cierva.
Una grata e inesperada sorpresa para Tamara
Pero Carlos Falcó tenía una grata sorpresa guardada para su hija mediana, Tamara, y era ese título de marquesa de Griñón. Hasta el mes de octubre de 2020, Tamara no solicitó oficialmente el título que le había dejado su padre, ya que era su deseo celebrar primero un funeral por el alma de su progenitor, cosa que no fue posible porque el mundo seguía inmerso en una mortal pandemia y las restricciones sanitarias impidieron que familia y amigos se despidieran de Carlos Falcó como hubieran deseado.
En noviembre de ese mismo año, apenas ocho meses después del fallecimiento de Carlos Falcó, aparecía publicado en el BOE el nombramiento de Tamara como nueva marquesa de Griñón. Con este nombramiento, Tamara se convertía en la VI marquesa de Griñón –pero no Grande de España, como su hermano Manuel–, título creado por la reina Isabel II en 1862. La segunda mujer es ostentar este título.
Tamara no es la única de los hijos de Carlos Falcó que posee un título, ya que Xandra es marquesa de Mirabel desde 2001, título que heredó directamente de su abuela paterna, Hilda Fernández de Córdoba y Mariátegui; y, desde septiembre de 2020, Manuel es marqués de Castel-Moncayo.
Íñigo pasa a ser Ilustrísimo señor
Tamara será marquesa e Griñón hasta su muerte, pero en el caso de Íñigo su título de consorte solo podrá usarlo si permanece casado con Tamara. Actualmente, estar en posesión de un título nobiliario no concede ningún tipo de privilegio ni legal ni fiscal, de hecho, están sujetos al pago de su correspondiente impuesto.
Puesto que este marquesado, el de Griñón, no tiene Grandeza de España, sus titulares no tienen el tratamiento de 'excelentísimo', pero sí el de 'ilustrísimo señor/señora'. Los consortes tienen el mismo tratamiento que sus cónyuges, incluso cuando enviuden y mientras permanezcan en ese estado. Pierden ese tratamiento en caso de volver a contraer matrimonio.
No sabemos qué uso le va a dar Íñigo a este nuevo estatus de marqués consorte que acaba de estrenar, más allá de destacarlo en sus tarjetas de visita. Sí sabemos que Tamara aprovechó su título para dar nombre al docurreality que protagonizó en Netflix, 'La Marquesa', que no tuvo el éxito de audiencia esperado ya que la plataforma no renovó por una segunda temporada.
En cuestiones de protocolo, un marqués está por debajo de un duque, de un príncipe y, por supuesto, de un rey. Por detrás de un marqués, están los títulos de conde, vizconde y barón. Otras dignidades de menor rango son los señoríos y las hidalguías. Íñigo tendrá que aprender una serie de normas y costumbres habituales entre los nobles, aunque seguro que Tamara sabrá aconsejarlo y conducirlo debidamente cuando la ocasión así lo requiera.