Desde joven, Francisco Rivera Ordóñez ha invertido su dinero en diversos negocios que poco o nada tienen que ver con el toreo, profesión a la que se dedicaba. Restaurantes, tiendas o chatarra conformaban un lujoso mapa de inversiones. Sin embargo, una de ellas se ha vuelto en su contra.
El torero fue denunciado en el año 2016 por dos antiguos socios de administración desleal y apropiación indebida, algo que el juez desestimó en primera instancia. Sin embargo, recurrieron y el magistrado le ha dado la razón a Fran Rivera al considerar que el fracaso de la empresa se debió debió exclusivamente a “malas prácticas comerciales”.
Ahora, Fran ha querido dar su versión de los hechos en el programa ‘Espejo Público: “Ha sido durísimo, horrible, ha sido todo una manipulación. Fue una medida de presión de un personaje indigno y al que no quiero volver a ver. Desde luego se me puede acusar de haber elegido mal los socios porque este señor está imputado en muchas causas abiertas”.
El negocio al que se refiere Rivera es la chatarra, tal y como ha explicado. Una actividad nada desconocida par él ya que su tío se dedicaba a ello. “Tuvimos negocios en el Congo y fue bien hasta que hubo un cambio de gobierno en el Congo y perdimos la inversión que habíamos hecho. Era un negocio de chatarra, allí hay chatarra para aburrir, pero una inseguridad legal tremenda”, ha continuado.
El extorero asegura que la pérdida de dinero fue el motivo que llevó a su compañero a denunciarlo: ”Perdimos mucho dinero y mi socio no estaba dispuesto. Me puso una querella criminal aunque antes intentó chantajearme porque decía que mi imagen se iba a ver muy dañada. Finalmente se comprobó que no hubo fraude, pero ha sido durísimo”. Un complicado asunto del que por fin ha podido pasar página.