El barrio más exclusivo de Barcelona, fue el lugar que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín eligieron para establecer su hogar. Allí vivieron en el famoso palacete de Pedralbes hasta que, en 2013 la familia se trasladó a Ginebra y lo pusieron a la venta. Laith Pharaon, un empresario londiense de origen árabe, es ahora el dueño de la vivienda de 2000 metros cuadrados, que está siendo reformada por completo.
La imagen actual del palacete de Pedralbes no tiene nada que ver con la que estábamos acostumbrados a ver. La elegancia que presentaba la vivienda ha quedado eclipsada por las lonas que la envuelven, los andamios que la rodean y el enorme contenedor de escombros que la preside.
El nuevo propietario del palacete de Pedralbes ha decidido dar un cambio radical a la casa. Para ello, está siendo derruido el interior de la vivienda, con el objetivo de modificar la distribución de las habitaciones que la forman. La casa también sufre modificaciones por fuera: el enorme muro que tenía anteriormente, con el que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín guardaban con celo su intimidad, ahora es más bajo.
Poco queda ya del que fue el hogar de la hija del rey emérito y su todavía marido, quien se encuentra en la prisión de Brieva cumpliendo condena por el caso Noos. La casa, situada en la barcelonesa calle Elisenda de Pinós, es uno de los escenarios que se asocian con la polémica trama de desvíos de fondos públicos.
El palacete de Pedralbes, antes de pertenecer a Laith Pharaon fue propiedad de Southbury Holding SARL, una sociedad que tiene sede en Luxemburgo. La vivienda también fue reformada por el propietario en aquella ocasión, pero el verdadero cambio radical lo está llevando a cabo el empresario londinense que se hizo con ella posteriormente.