Las inconsolables lágrimas de Isabel, hermana de María Jiménez: "Ella rompía moldes"

El pasado jueves, y días después de la triste pérdida de María Teresa Campos, la cantante María Jiménez fallecía a los 73 años en Sevilla, una triste noticia que su hijo Alejandro confirmaba a través de un comunicado: "Se nos va la última gran diva y una nueva estrella pasa a formar parte del firmamento, con un brillo intenso. Sin lugar a dudas, será profundamente extrañada, la echaremos mucho de menos, su familia, amigos y admiradores, pero su legado vivirá para siempre", reza el escrito. La capital hispalense se ha volcado en el último adiós a la artista y, en pleno directo de 'Espejo Público', su hermana Isabel no ha podido reprimir las lágrimas y ha querido dedicarle unas preciosas palabras de despedida para demostrar públicamente lo mucho que María significaba para ella

Isabel, hermana de María Jiménez, hundida tras su muerte

"Me siento muy cansada por todo lo de ayer, se desbordó, pero fue una grata alegría por toda la gente que vino. Ella se sentiría contenta", ha comenzado diciendo Isabel, agradecida por todas las muestras de cariño que ha recibido la familia durante las últimas horas, así como la cantidad de famosos que se han volcado con ellos.

Isabel ha querido dejar constancia de lo mucho que ha luchado María Jiménez contra la enfermedad que padecía y cómo vivió las últimas horas a su lado: "Su enfermedad ha sido muy ligera pero lenta a la vez, porque de primeras pensábamos que iba a tardar menos en irse, finalmente tardó más . Luego la muerte fue muy rápida, ese mediodía estábamos las dos bromeando como siempre. Yo no me lo esperaba, me ha cogido de sorpresa... Ella rompía moldes, hacía lo que le daba la gana, se lo saltaba todo a la torera... Quiero que la recuerden con alegría, con su cante, como era ella natural como la vida misma", ha continuado dejando claro que su hermana era única e irrepetible.

La hermana de María Jiménez rompe a llorar en pleno directo de 'Espejo Público'.

El gran pesar de Isabel

Isabel ha revelado en el programa presentado por Susanna Griso el gran pesar que siente tras el fallecimiento de María Jiménez, a la que siempre va a considerar su mano derecha: "Al final se fue sin su medalla, ya nos da igual, yo no quiero medalla ninguna ella es la que se nos ha ido", ha comentado haciendo referencia a la Medalla de Andalucía que nunca recibió la artista.

Además, con la voz entrecortada y entre sollozos, ha añadido el profundo dolor que siempre ha sentido María Jiménez tras el fallecimiento de su hija Rocío en el año 1985 en un accidente de tráfico: "Lo que más me tranquiliza es que hoy, por fin, estará junto a su hija. Ella nunca lo superó, todo era el recuerdo y el daño que tenía tan grande. La vida le dio mucho y le quitó mucho, tuvo los dos extremos. Ella lo superó como pudo, lo de la niña no lo superó jamás… Ya van a descansar juntas que es lo que ella quería, estar con ella", ha zanjado en esta aparición tan emotiva.

Alejandro, hijo de María Jiménez, su fiel escudero

Alejandra Sancho ha estado al lado de su madre en todo momento y, al igual que su tía, ha querido dar detalles de cómo fueron los últimos días de la artista hasta el triste desenlace: "No me esperaba que esto fuera a ser así, porque ha sido largo. Llevaba una enfermedad complicada desde hacía años. Me decía, ‘me ha pillado la vejez de sopetón’. En dos años ha luchado como una leona y su cuerpo no ha podido más", ha desvelado el joven, abatido tras perder a su madre, el motor de su vida.

María Jiménez acudió al hospital por una pequeña molestia pero, desafortunadamente, la enfermedad empeoró y en cuestión de 24 horas, falleció: "Ella quería estar con sus nietos y su familia. Y hace cuatro días se empezó a sentir débil y no quería venir al médico; pero vinimos. Su cuerpo no ha podido más", continuaba narrando ante los micrófonos de 'Espejo Público'. 

La dura realidad a la que se enfrenta Alejandro Sancho

María Jiménez siempre ha sido el espejo en el que Alejandro se ha mirado y el joven no ha podido ocultar el orgullo que sentía de que su madre fuese tan admirada y querida por tantos: "Ella no ha sido una sabionda, ha vivido y sufrido a tope, ha llegado al nirvana de su profesión y eso ha sido súper bonito, se han apoyado en ella siempre", manifestaba ante los medios de comunicación que se han agolpado hasta la capilla ardiente celebrada en Sevilla. Además, es consciente de lo difícil que va a ser su día a día sin ella al lado: "En el funeral de mi padre no estuve llorando, pero ahora hay que estar solucionando las cosas, cuando quiera llamarla es cuando me voy a hundir, pero ya estaré solo", zanjaba muy triste.