¡Por fin podrá salir de prisión! Tras más de dos meses totalmente aislado en la cárcel de Brieva, Iñaki Urdangarin comienza a ver la luz al final del túnel. La fase 1 del desconfinamiento parece haber llegado también a los centros penitenciarios del país, quienes a partir del próximo jueves 14 de mayo volverán a recuperar poco a poco su normalidad.
Las cárceles españolas ponían en marcha a mediados de marzo una serie de drásticas medidas para evitar que el virus se extendiera entre los presos. Entre ellas, la prohibición de cualquier tipo de visitas y la cancelación de las salidas. Por ello, el marido de la infanta Cristina dejaba de poder acudir tres veces a la semana en el Hogar Don Orione, donde realiza un voluntariado. Una medida que afectó especialmente al exduque de Palma, quien se ha pasado dos meses en la más triste soledad.
Sin embargo, con la llegada del desconfinamiento, las cárceles españolas comienzan a recuperar poco a poco su actividad. Según recoge una orden ministerial, los presos podrán a partir de este jueves 14 de mayo volver a disfrutar de los permisos de salidas de las prisiones y las comunicaciones en locutorio.
Es decir, Iñaki Urdangarin podrá retomar sus labores de voluntariado, las cuales realiza tres veces por semana en el Hogar Don Orione. Lo tendrá que hacer, eso sí, respetando las recomendaciones y obligaciones dictadas por las autoridades sanitarias. Una medida que seguro ha sentado muy bien al exduque de Palma, quien está encantado con sus salidas mientras que espera el tercer grado penitenciario.
Eso sí, aunque también se recuperan las comunicaciones en locutorio e Iñaki podría solicitar un tercer permiso penitenciario, el exduque de Palma va a continuar distanciado de su familia. Con las fronteras exteriores cerradas a cal y canto, la infanta Cristina no tiene ninguna posibilidad de desplazarse a Brieva para visitar a su marido. A 1.400 kilómetros de distancia, la hermana del rey Felipe VI no lo está pasando nada bien en Suiza. Con la exclusiva compañía de los hijos pequeños, está especialmente preocupada por la situación de su marido, a quien, por el momento, se tendrá que conformar con escuchar a través del teléfono.