Hombre sano y deportista, futbolista de élite y aparentemente en calma. Iker Casillas sufría de manera repentina un infarto de miocardio que daba un giro de 180º a su vida aquel 1 de mayo de 2019. Atrás quedaron las jornadas de intenso fútbol para dejar paso al cuidado de su familia y la idea de disfrutar de cada minuto de más que le ha regalado la vida. De este suceso, ha hablado públicamente a través de un conmovedor testimonio que no ha pasado desapercibido para nadie y compartía a través de su perfil de Instagram.