Con la retirada del fútbol de Iker Casillas, el deportista y su mujer, Sara Carbonero vuelven a casa después de más de cinco años afincados en Oporto. Aunque en un principio se pensaba que se instalarían en el chalet que el futbolista posee en la exclusiva urbanización de La Finca nada más lejos de la realidad. 

Tal y como ha publicado 'Diez Minutos', el popular matrimonio habría decidido vender el casoplón en el que vivieron los primeros años de su relación por el módico precio de 5 millones de euros. Un chalet que compraron en 2017 a la actriz Lydia Bosch por 2,5 millones y que reformaron por completo a su gusto.