“Estoy en shock”, anunciaba Alejandro Sancho, hijo de María Jiménez, en directo con ‘Espejo Público’. La repentina muerte de la artista le ha dejado completamente destrozado; puesto que ninguno lo esperaba. Él la había acompañado al hospital para una revisión rutinaria de la enfermedad que padecía desde hacía años. Pero no pudo regresar a casa. La diva falleció rodeada de cariño en el centro hospitalario.
“Lo más importante es que María no ha sufrido”, ha dicho tranquilizando a los fans de la artista. Alejandro desvelaba que su madre había pasado un último verano “estupendo, con sus nietos, saliendo a comer…”; pero empeoró en los últimos días.
“No me esperaba que esto fuera a ser así, porque ha sido largo. Llevaba una enfermedad complicada desde hacía años. Me decía, ‘me ha pillado su vejez de sopetón’. En dos años ha luchado como una leona y su cuerpo no ha podido más”. Desvelaba Alejandro. Tal y como ha contado su representante, la cantante fue al hospital para una revisión por una pequeña molestia, con el deseo de regresar a su casa en Chiclana, donde vivía; pero no logró volver. La enfermedad había empeorado y en tan solo 24 horas falleció de manera fulminante. “Ha muerto con mucha dignidad”, ha añadido Sancho Jiménez.
“Ella quería estar con sus nietos y su familia. Y hace cuatro días se empezó a sentir débil y no quería venir al médico; pero vinimos y dos días. Su cuerpo no ha podido más”, continuaba narrando a los micrófonos de ‘Espejo Público’.
A las 13:30, Alejandro ha querido dirigirse de nuevo a los medios y ha destacado la figura de su madre, su lado más reivindicativo. Cómo logró convertirse en la voz de muchas mujeres que habían sufrido maltrato, pero también como el propio Sancho ha recordado, para colectivos oprimidos, como el LGTBIQ+.
Sin derramar una lágrima y celebrando la vida de su madre, Alejandro ha asegurado que ahora tenía que estar "solucionando cosas. Cuando quiera llamarla y no pueda, ahí me derrumbaré".
Así será el emotivo último adiós a María Jiménez
Tras fallecer en un hospital sevillano, los restos mortales de María Jiménez fueron llevados al tanatorio de la S30, donde han recibido las primeras visitas de compañeros de profesión y de algunos seres queridos. Tras esto, el Ayuntamiento de Sevilla ha dispuesto para la capilla ardiente uno de sus salones más emblemáticos, y el más antiguo de todos, para acoger el último adiós a la gran artista. Desde las 13 horas y hasta las 22 horas, permanecerá abierto para que todo aquel lo desee pueda despedirse de la última estrella de la canción. Alejandro ha solicitado que la sala "huela a incienso, que huela a su tierra".
Uno de los primeros rostros conocidos en acercarse a acompañar a la familia y a dedicarle su último adiós ha sido Carlos Herrera, que trabaja cerca del ayuntamiento y no ha dudado en acudir a despedir a esta amiga "excepcional" y a quien ha recordado "como un volcán". "María era artista cuando cantaba, cuando bailaba y cuando tenía que mostrarte su cariño". Para él se va una cantante "tremebunda".
Mañana, antes de medio día, un coche de caballos dirigirá el féretro de la inconmensurable María Jiménez hasta la iglesia de Santa Ana. El carruaje realizará un paseo por el barrio de Triana, donde la artista nació, creció y vivió algunos de sus momentos más felices. Tras esto, se oficiará una misa en su memoria y después sus restos, de nuevo en coche de caballos, se dirigirán al cementerio sevillano donde descansarán para siempre en el panteón familiar, donde también reposan los de su hija mayor, fallecida hace años en accidente de coche. Ahora volverán a estar unidas por toda la eternidad. “Yo plantee lo de los caballos porque me parecía bonito”, ha confesado Alejandro Sancho, “que entre al panteón con su hija. Y que sus amigos flamencos vengan y le canten”.
“Pido que esta noche todo el mundo la brinde”, ha terminado diciendo Alejandro Sancho, un gesto que celebre la vida de su madre, algo que a la artista le habría encantado. Festejar a la gran María Jiménez y recordarla con la misma alegría y disfrute con las que ella siempre vivió.