El pasado 2 de febrero el mundo de la prensa rosa y del lifestyle lloraba la pérdida de Ruphert, el peluquero más reconocido por su trabajo con innumerables famosos. Ruperto Murillo, que así se llamaba de verdad, falleció a los 82 en su casa de Valencia, aunque fue enterrado en Tomelloso, de donde era originario. Fue sin duda el número uno durante años porque entre sus clientas estaban socialités tan importantes como la duquesa de Alba, Naty Abascal, Rocío Jurado, Aline Griffith o Lola Flores.
Siempre muy simpático y pizpireta, el peluquero, que fue el primero en introducir la peluquería unisex y los masajes craneales, era conocido además por ser buena persona, divertido y sobre todo por tener una gran generosidad. Tanta que ahora, casi un mes después de su fallecimiento, sus herederos están en plena batalla legal por su patrimonio millonario.
Lo cierto es que los comienzos del peluquero, como los de la mayoría, no fueron demasiado fáciles. Primero estuvo trabajando de aprendiz en diferentes salones para mujeres del centro de Madrid, pero tras ahorrar pudo hacerse cargo de una peluquería que había detrás de Gran Vía, en el barrio de Malasaña, cuando todavía era una zona en la que había prostitución. Fue ese el motivo por el que sus clientas dejaron de ir y por el que lo perdió todo.
Volvió a su tierra natal pero él tenía claro cuál era su sueño y lo que quería hacer con su vida. Regresó a la capital a los tres meses y comenzó a vivir en una pensión. Encontró de nuevo trabajo en una peluquería en la que comenzó a conocer a las socialités más importantes de nuestro país. De hecho, fue allí donde comenzó a crear su clientela, entre la que estaba Isabel de Borbón.
Por fin en 1975 Ruphert vio como las cosas le empezaron a ir bien y abrió entonces su propio salón en el que puso de moda un tipo de permanente que fue sin duda la más importante del momento. Y es que su estilo propio, innovador y vanguardista marcó una época y le hizo muy famoso.
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Ruphert y su 'herencia maldita'.
Jose Jiménez
El patrimonio de Ruphert
Poco a poco ahorró y fue creando un imperio: ocho propiedades en zonas exclusivas de Madrid, entre las que se encuentra la vivienda cercana al Congreso en la que residía; un piso en Valencia que está tasado en dos millones y medio de euros y un local de 135 metros en plena milla de oro que está valorado en más de 2 millones.
Ahora la guerra entre sus herederos ha estallado por su herencia millonaria pero los problemas ya comenzaron con el entierro celebrado en Tomelloso. Y es que su prima Toraya contó hace unas semanas en 'Y ahora Sonsoles' que algunos sus familiares ano estuvieron muy felices con el entierro que organizó su hermana Carmen. "Yo me enteré por las redes sociales", dijo la familiar del peluquero.
La herencia de Ruphert, entre las propiedades inmobiliarias y la sociedad, asciende a un total de unos 10.000.000 millones euros. Una cantidad por la que están luchando sus familiares, entre los que se encuentras sus sobrinos.
Sin hijos, sería su familia más cercana la que heredaría todo pero parece que no se ponen de acuerdo. "Hizo un primer testamento que modificó a los años. Siempre quiso hacer herederos a sus sobrinos porque eran como sus hijos. A la hora de repartir las propiedades más importantes, sería Ángel el que se quedaría la casa de Valencia. Su expareja no recibiría en nada", han contado en 'Fiesta'.