Como si no hubiese pasado nada. Esa era la actitud que pensaba mantener Gustavo González en su regreso a Sálvame. El colaborador intentaba mantener el tipo y contribuir al desarrollo del programa pero era evidente que algo le estaba ocurriendo. No era para menos. Poco antes había tenido que declarar ante la policía tras haber sido detenido por espiar a famosos con la ayuda de un agente de la autoridad…
Desde que Gustavo González tuvo que ser detenido por la policía, tal y como ha publicado Lecturas en exclusiva, han sido varias veces las que le hemos podido ver en su silla de Sálvame. El paparazzi ha tratado de ocultar su durísimo episodio, manteniendo una actitud tranquila y sosegada, aunque no logró su objetivo. El rostro del colaborador, cansado y demacrado, dejaba evidencias de que algo estaba pasando. Lo que nadie podía imaginar era que llegaría hasta este punto.
Al día siguiente de su detención, el colaborador ocupaba su sitio en el programa. Lejos de la actitud beligerante que suele ejercer, González se mostraba callado y taciturno, sino participar demasiado en los debates organizados, ni lanzando informaciones a sus compañeros. La tensión de haber pasado una de las peores noches de su vida le había pasado factura. Haber visto a su pareja, María Lapiedra, en esa circunstancia tampoco debía haberle hecho ninguna gracia.
No es la primera vez
Gustavo ya protagonizó un delicado episodio cuando la policía llegó a personarse en Mediaset para entregarle una notificación judicial en mano durante una de las emisiones de Sálvame. El colaborador tuvo que abandonar el plató, salir al exterior y reunirse con los agentes. Sin duda, su vida es una montaña rusa constante. Si bien, en aquella ocasión, se mostró tranquilo y relajado tras haber hablado con la policía.