Fayna Bettencourt (45 años) se ha manifestado de manera contundente y sin dramatismos sobre la terrible situación que atraviesa desde que su exmarido, Carlos Navarro 'El Yoyas' (46 años), sigue huido de la Justicia cuando está condenado a cinco años y ocho meses de maltrato. Además de la incertidumbre y la angustia que este escenario genera tanto para hacer vida normal, como para su entorno íntimo, el ex 'Gran Hermano' la ha denunciado por falso testimonio. La canaria, indignada, ha respondido a esta nueva provocación de su exmarido a través de una videollamada con el programa 'En boca de todos', presentado por Nacho Abad y Diego Losada. Y lo ha hecho contando un terrorífico episodio de violencia.
Carlos Navarro lleva ya seis meses en paradero desconocido. Mientras el Supremo ha rechazado su última apelación, él sigue negándose a desvelar dónde se encuentra y ha aprovechado para denunciar a Fayna Bettencourt por falsa denuncia, revictimizándola y cuestionando los episodios de violencia de los que fue víctima tanto en su relación como tras su separación. Violencia que también sus hijos en común, y hechos graves a los que también se suma el acoso al que ha sometido también a su actual pareja.
Para poner de manifiesto el concepto de violencia que tiene su expareja, la canaria ha desvelado un doloroso recuerdo en el que sufrió una agresión de sus manos. "El concepto que él tiene de pegar te lo resumo en una frase y en una situación", contaba a los presentadores del programa de Cuatro. "Una de las veces en las que le increpé y le dije que me pegó, que me había agredido, su respuesta fue una pregunta: "¿Yo te he roto alguna vez algún hueso?', y le contesté, "no". "¿Has sangrado alguna vez?", le dije que no. Y dice: "Pues, eso no es pegar", zanjaba dejando al equipo de 'En boca de todos' sin respiración ante lo que acaban de escuchar.
"Él sabe que me agredió"
Todo viene por un relato que Fayna comparte en Facebook. “Yo escribo un relato en el que resumo lo que pasó tras aquella agresión. Él dice que no conocía ese relato y que yo lo usé en la acusación. Dice que el relato se escribió antes de la agresión. Eso se desmiente enseguida porque se escribió después. En la presentación del libro él estaba y dijo que había leído todos mis relatos”, ha explicado Fayna.
“Él sabe que me agredió de aquella manera", y hablando a la cámara y directamente hacia su ex, añadió: "Y no solo me agrediste ese día sino otra vez, y quisiste hacerme pasar por mentirosa”.
"Me encuentro con sed de justicia"
El discurso de Fayna es alto y claro, porque sabe que la razón le asiste. “Me encuentro con sed de justicia. Siento que se ha hecho justicia por un lado, pero esta persona sigue en la calle. Las fuerzas de la ley no le han puesto las manos encima. Voy a seguir molestando, porque si no lo hago por mí, nadie va a hacerlo”, ha dicho la canaria.
Parece increíble que una persona que está prófuga de la justicia se permita el lujo de hacer uso de la ley para hacer daño a la persona que ha maltratado durante años. “Ya no hay palabras para describir la situación que estamos viviendo. Su abogado aún tiene el descaro de decir que seguirán luchando. Lo primero es que esta persona esté donde tiene que estar y luego que recurran todo lo que quieran”, ha afirmado Fayna.
"Hay muchas Faynas en España"
El mensaje que tiene que quedar es que, ante el maltrato, hay que denunciar siempre. El caso de Fayna, sin embargo y desgraciadamente, tiene una doble lectura y es aquella en la que se puede caer en la falsa creencia de que denunciar no sirve para nada. “Faynas hay muchas en España. El mensaje que están enviando a esas mujeres a las que se les pide que denuncien es que la justicia no funciona. Que si el maltratador es condenado se puede burlar de la ley, como me está pasando a mí, que me sigue maltratando”, ha comentado.
Está el tema de los hijos. Esos maridos que maltratan, muy posiblemente, maltraten también a sus hijos. Fayna asiente al oír esta afirmación de boca de un colaborador. “Con tal de hacerme daño a mí es capaz de hacer daño a dos criaturas, cuando él proclama que quiere a sus hijos y luego hace esto”.
Fayna sabe que han de ser las Fuerzas de Seguridad del Estado las que, antes o después, tienen que detener a Carlos Navarro porque “él no se va a entregar nunca”.