Hace unos días que Carme Chaparro escribía el siguiente tuit: “Yo vivo así. Con un pitido constante, como una emisión en alta frecuencia. De día es soportable. De noche no tanto. Por el oído derecho casi no tengo audición. Y no hay más remedio que acostumbrarse.” Así, toda España conocía que uno de los rostros más populares de la televisión en nuestro país sufre el síndrome de Ménière, una enfermedad para la que todavía no existe cura.
Acostumbrados como estamos a oir a algunos famosos hablar de sus problemas con total naturalidad, como es el caso de Belén Esteban y su diabetes, por ejemplo, noticias como la de Carmen nos dejan con la boca abierta.
Santiago Segura es otro de los españoles que sufre una dolencia auditiva. El director y productor padece Tinnitus o acufeno y según parece es como un zumbido en los oídos, aunque también puede sonar como un rumor, un cliqueo o un silbido que puede variar en intensidad y en sonoridad.
Al otro lado del charco, Catherine Zeta Jones hizo público hace unos años que sufre un trastorno bipolar lo que la obliga a tomar medicación diaria y de por vida. Hace apenas unos meses que Selena Gómez dejaba al mundo boquiabierto –además de preocupado- cuando publicaba una imagen en el hospital tras haber sido intervenida al donarle un riñón. Selena sufre Lupus y lejos de esconderlo lo hizo público a fin de poder así prestar su apoyo a otros jóvenes que sufrieran la misma enfermedad.
Aunque parece que por fin van quedando atrás los estereotipos de mujeres esqueléticas como imagen de la belleza femenina, han sido muchas las famosas que han sufrido trastornos alimenticios como parte de su obsesión por tener un cuerpo aceptado para trabajar como actriz o modelo, por ejemplo. Nieves Álvarez, Marisa Jara o la mismísima Victoria Beckham son ahora mujeres de éxito que tuvieron que vencer no sólo las barreras médicas sino los prejuicios creados por la sociedad.
El guapísimo Brad Pitt es otra de esas personas que jamás creerías que sufre una enfermedad crónica, pero la tiene. El ex de Angelina padece prosopagnosia; un trastorno en el reconocimiento de caras conocidas. Este problema puede llegar a ser extremadamente grave en los casos en los que el enfermo no se reconoce ni a sí mismo frente al espejo y las terapias de reconocimiento son clave en el desarrollo de esta enfermedad.