Carlos Goyanes, marido de Cari Lapique, ha fallecido esta madrugada a los 79 años su casa de Marbella mientras dormía. Su mujer, que ha estado a su lado en todo momento, pasa por uno de sus peores momentos porque la muerte del padre de sus hijas ha sido totalmente inesperada, cuenta Beatriz Cortázar en 'El economista', donde ha explicado también que hace más o menos un año fue operado para que le pusieran un marcapasos.
A pesar de aquel problema de salud (y un infarto por el que estuvo ingresado en 2016), parece que Carlos ese encontraba en perfecto estado y que no tenía nada que presagiara este triste final. Y es que el empresario se encontraba de vacaciones en la ciudad malagueña junto a su familia, disfrutando del sol, la playa, la buena comida y sobre todo de sus nietos, con quienes tenía una gran relación. Unos momentos divertidos y llenos de risas y juegos que hoy han terminado para todos con esta inesperada despedida.
Carlos, que siempre ha sido un hombre muy discreto en cuanto a su vida privada y que estaba totalmente alejado del foco mediático, estaba casado en segundas nupcias con Caritina Lapique (72 años), una de las socialités más queridas e influyentes de nuestro país. Su matrimonio sin duda ha sido uno de los más sólidos. Y es que han conseguido en sus más de 5 décadas juntos no protagonizar ningún escándalo que ocupara los titulares de los medios de comunicación. Fruto de su historia de amor nacieron Caritina (46 años), casada con Antonio Matos, y Carla (41 años), mujer de Jorge Benguría. Sus dos niñas eran sin duda el orgullo de su padre, pero además sus nietos eran lo mejor de su vida, ya que todos juntos formaban una familia muy unida. Pedro y Cari (conocida cariñosamente como MiniCari), de su primogénita; y Carlos, Santi y Beltrán, de la más pequeña, eran su razón de vivir.
Cari y Goyanes se casaron por la iglesia el 20 de septiembre de 1975 en Marbella y ella siempre ha hablado de ese momento como uno de los más importantes y preciosos de su vida: "Cuando nacieron mis hijas y cuando me casé con Carlos. Él estaba separado (había estado casado con la artista Marisol entre 1969 y 1972), imagínate en esa época, yo era lo peor de lo peor, pero no me importó porque sabía que lo que quería era estar con él", explicó la matriarca en la revista '¡Hola!' en 2021, cuando se instalaron en Marbella para alejarse del ruido de Madrid y estar lo más tranquilos posibles.
Al enlace la pareja fueron invitados grandes rostros de nuestro país como Pitita Ridruejo, Lola Flores o su hija Lolita, pero además Carmen Franco fue testigo de la novia. Desde entonces, a pesar de que Carlos se ha mantenido en un segundo plano, Caritina fue una de las mueres mejor situadas socialmente y siempre ha acudido a los eventos y fiestas más importantes, por lo que sus hijas se convirtieron también en las protagonistas de los titulares de la prensa del corazón. Una historia de amor con Fran Rivera, que se acababa de divorciar de Eugenia Martínez de Irujo, polémicas con Samantha Vallejo-Nágera por un negocio de catering, portadas, entrevistas, exclusivas.... Sin duda un clan muy importante para la crónica social.
Carlos Goyanes y Pepa Flores
La primera mujer de Carlos fue la actriz Pepa Flores, a la que conocía desde niña y a cuyo suegro, como le repetían una y otra vez, le debía su carrera (una de la que ahora no quiere acordarse ni hablar nunca más). Y es que durante años se ha rumoreado que Manuel Goyanes habría abusado de ella. "Es como que cada equis tiempo sale el tema... Si la protagonista no quiere hablar, yo qué quieres que te diga. Yo conozco a mi familia, a hacer oídos sordos y a pasar del tema qué vas a hacer", dijo Carla al ser preguntada por el escándalo.
La revista Lecturas, cuando la actriz todavía concedía entrevistas, recogió cómo antes de casarse ella y Carlos habían roto: "Fuimos felices mientras la relación fue secreta, después el amor se enfrió. Estoy segura de que la mujer que se case con él será feliz", nos contó para meses después darse una segunda oportunidad. "La reconciliación no fue ni forzada ni buscada por ninguno de los dos. Fue durante una cena a la que asistimos toda la familia Goyanes, mi madre y yo. Carlos y yo nos sentamos, o nos sentaron, enfrente el uno del otro y después de mirarnos varias veces comprendimos que teníamos que arreglarnos de nuevo", explicó Pepa entonces.
Pero lo cierto es que no era oro todo lo que relucía y oficialmente se divorciaron en 1972, cuando él se quedó en la casa donde convivían. ¿Fue un matrimonio feliz? ¿Les obligaron a casarse? A pesar de que Pepa no se ha pronunciado sobre esto sí que dejó claro que nunca le habían dejado vivir su amor en libertad porque la veían como un producto y no como una persona. " Yo no me relacionaba con otra gente que no fueran las que me dejaran en aquella casa. Cuando ya siendo mayor quería conocer a un chico, me lo prohibían, y si de los que conocía me gustaba alguno, me lo aislaban inmediatamente. Yo era intocable. Era su negocio", explicó.