“No me pesa pero me sigue limitando”. Fabiola Martínez (50 años) tiene muy claro cuál es su presente. La modelo y colaboradora de televisión se ha sincerado en las páginas de la revista Lecturas acerca de cómo se encuentra pero también sobre cómo ve su realidad algo más de dos años después de la separación de Bertín Osborne. “Yo siento que estoy mejor”, asegura. No fue un trance fácil pero sí una decisión de la que no se arrepiente. Haber sido pareja del cantante y presentador no le pesa pero condiciona su imagen. Fabiola quiere ser ella, que se la conozca por su trabajo, por su trayectoria. “Me quedo con que estamos bien”, explica en primera persona. Con sus hijos en común, la relación entre Fabiola y Bertín es cercana y así lo va a seguir siendo.
“A mí me hubiese encantado poder ser yo al lado de él, pero no fue posible”, explica la colaboradora de ‘Y ahora, Sonsoles’. “Había muchos inconvenientes que yo decía que no tenían nada que ver, por ejemplo, la edad, la situación económica…”. Los comienzos de la relación entre Fabiola Martínez y Bertín Osborne no fue sencilla. Numerosos obstáculos de cara a sus familias, a la opinión pública… Pero por encima de todo, el amor. “Yo ya dije que no me enamoré del artista, sino del hombre”, sentencia. Y, sin duda, así fue.
Los duros comienzos de Fabiola Martínez y Bertín Osborne
“Todo el mundo podía pensar, cuando empezamos a salir, que él era un señor mayor con una chica joven y modelo, él con dinero, “pues ya sabemos por qué están”. Quizá por eso, por ver que la gente se creía que el amor no era de verdad, yo intenté demostrar que sí lo era y la forma de hacerlo no era llamando la atención ni diciendo “yo soy así” para que luego la gente dijera “y esta, ¿de qué va?”. Y quizá me equivoqué”. Una amarga reflexión con la que Fabiola toma distancia de lo que ha sido su vida al lado de una figura tan conocida como el presentador.
“Tampoco me gustaría que la gente interpretase que Bertín me llevara a eso. Jamás me dijo “tienes que ser de una manera determinada”, fui yo la que era así porque creía que era lo que él quería y era lo mejor”, apunta. La vida de la modelo ha sido complicada. Antes de que la aparición de Bertín, otras relaciones marcaron su existencia. Algunas tan complicadas que nunca se había atrevido a hablar de ellas. Martínez se sincera, en las páginas de la revista, sobre el peor trance que ha tenido que pasar nunca.
“Tuve una pareja que tenía problemas con el alcohol y las drogas. Una vez me cogió del cuello, me dijo que me iba a matar”, aseguraba con el corazón en la mano en su última entrevista. Valiente y fuerte, Fabiola no dudaba en abrirse y explicar cómo logró superar ese duro momento y salir de esa relación.
El sacrificio inconsciente de Fabiola Martínez por Bertín Osborne
“Yo creo que la gran mayoría de las mujeres, en algún momento, nos sacrificamos para dejar que los demás brillen o se sientan cómodos o que no piensen que somos una amenaza, que no opacamos a nadie”. Durante mucho tiempo, Fabiola fue, de cara al público, la pareja de Bertín Osborne. Una figura en la sombra que cuidaba del cantante y de su familia. Pero, ¿quién era realmente? Modelo de profesión y ahora también colaboradora, Fabiola ha dejado claro que no tiene que renunciar a ser ella misma para ser reconocida.
“Yo llevaba tiempo que no estaba cómoda con la situación y él tampoco”, explica la colaboradora. “Al final esto te pasa factura a todos. A mí cuando me dicen: “Pero cómo lo llevas tan bien esto de haberte separado”, es que esto no pasa de la noche a la mañana”. El desgaste en una pareja es, lógicamente, progresivo. “Yo ya llevaba dos años viviendo un duelo de sentir que no levantábamos cabeza, que no lográbamos superar baches. Al final ves que no era posible y ya está”. Y dicho y hecho. Tomar la mejor decisión para todos.
Ahora, Fabiola y Bertín continúan su camino por separado. Unidos, eso sí, por su familia. La relación con las hijas mayores del presentador es estupenda también. Se apoyan y se quieren después de tantos años siendo familia. Fabiola se muestra feliz y recuperada del dolor de la separación. El mejor punto de partida para una nueva vida.