Isabel Preysler es, a sus 73 años, la gran imprescindible de nuestra prensa del corazón. La gran dama del papel couché que, sin embargo, últimamente parece prodigarse poco por él. La reina de las revistas anda esquiva y de lo más casera, hasta el punto que muchos ya han empezado a pensar si la madre de Tamara Falcó está pensando en una retirada.
Han pasado más de tres meses desde que Preysler acudió a su último evento. Mucho tiempo, tratándose de una de las mujeres con la agenda más repleta de compromisos. Esto, tal y como explica el experto en comunicación Juanfran Velasco, provoca que Isabel esté perdiendo peso mediático.
“En un mes, la reina de corazones acumula solo 500 impactos en prensa, según datos de la plataforma Hallon. Es una cifra baja para un tipo de personaje mediático. Tamara Falcó aparece el doble de veces que su madre”, nos señala. Pero esta ausencia de protagonismo, tal y como indica el experto, podría tener que ver con una estrategia de comunicación deliberada.
Una pausa que podría tener una especial trascendencia
“No se trata de una simple ausencia, sino de una pausa significativa en su exposición pública”. Para Velasco, esto podría ser algo medido y calculado. Esta decisión iría más allá de una simple pereza a la hora de acudir a eventos o de una inapetencia festiva propia del invierno. Pensar eso es no conocerla.
Si algo ha caracterizado a Isabel Preysler desde que se separó de Julio Iglesias es que ella deseaba manejar los tiempos y ser la dueña y señora de su propio relato. Al lado de una súper estrella como su exmarido, esta aprendió a utilizar a la prensa a su favor, conocer sus puntos fuertes y cómo debía relacionarse con los medios. Un aprendizaje del que, con los años, se ha convertido en una gran maestra.
Juanfran sostiene que esta actitud que ahora presenta Preysler, este retiro buscado, es habitual en personajes que han tenido una exposición mediática muy elevada “y cuya imagen se ha visto alterada”. Han sido años convulsos para Isabel, quien ha visto cómo su familia se convertía en el gran clan de la crónica social. Primero fue la infidelidad de Íñigo a Tamara, después el perdón, a continuación ella se separó de Mario Vargas Llosa, también vino la boda de los enamorados, el ascenso mediático de Ana… sea el día que sea, siempre va a haber algún titular que protagonicen las Preysler. Esto, tal y como analiza el experto en imagen, erosiona a los personajes. “Es normal que una persona que ha sabido gestionar su imagen con maestría durante décadas ahora decida hacer un retiro estratégico”.
“Tras la sobreexposición llega la calma”
Velasco lo tiene clarísimo; ahora toca parar. “Los últimos años han sido especialmente intensos para esta familia en términos mediáticos. Estos asuntos han generado una narrativa poco habitual en su imagen de elegancia y control absoluto. Después de este pico de exposición, un periodo de silencio puede ser una forma de recalibrar su presencia pública y evitar la fatiga mediática”.
Nos habla de un término al que estamos poco habituados, pero que, sin duda, tiene muchísimo sentido: fatiga mediática. El interés de los personajes funciona como una especie de olas. En cada una de ellas hay crestas y también valles. Hay veces que estos suscitan muchas informaciones y otras que, en cambio, nada. Esto coincide con momentos clave de sus vidas, una ruptura, una nueva pareja, un nacimiento… situaciones que siempre van a despertar interés. Pero hay familias que siempre son noticia y que hay momentos en los que lo son mucho más. La de Isabel es una de ellas. Gestionar esto es cansado y complejo, de ahí que puede que se haya tomado este pequeño ‘tiempo fuera’ para desintoxicarse.
Cómo ha logrado Isabel Preysler su halo de misterio
Isabel Preysler siempre ha sabido dosificarse. Ella entendió a la perfección que siempre debía dejar con ganas de más a la prensa para, de este modo, alimentar el halo de misterio que siempre la ha caracterizado. Quizás, esta ha sido una de las claves de su éxito. Y exponerse de la manera que lo estaba haciendo a través de su familia, estaba jugando en su contra.
Y, para ello, no ha dudado en alejarse en un momento (mediáticamente) clave para ella: la Navidad. “La ausencia de Isabel Preysler en eventos navideños es especialmente llamativa, ya que estas fechas siempre han sido una oportunidad para reforzar su imagen de “reina de corazones”, rodeada de su familia y en un ambiente de exclusividad y sofisticación. No aparecer en estas circunstancias indica que prefiere dar prioridad a su privacidad o que busca generar expectación sobre su posible reaparición”, nos remarca.
El futuro de Isabel Preysler
En este caso, si fuera para que Isabel Preysler quisiera dar un golpe de efecto y potenciar quizás alguna acción con una marca, la madre de Tamara habría jugado muy bien sus cartas tras más de tres meses de ausencia. Ahora mismo, la expectación que se ha generado en torno a ella es absoluta. Todos queremos saber qué ha estado haciendo y a qué se ha debido esta ausencia.
La otra opción que maneja Juanfran es que la filipina esté pensando en un retiro progresivo de la escena pública, quizás no ahora, pero sí dentro de algún tiempo. “Figuras como Isabel Preysler, cuya imagen pública se ha basado en la perfección y el glamour, pueden optar por un retiro gradual cuando sienten que no pueden mantener ese ideal. Si bien no parece inminente, es lógico pensar que, con el paso de los años, su presencia en los medios se dosificará aún más. Su estrategia siempre ha sido aparecer en el momento oportuno, con la imagen correcta y el mensaje preciso”.