EXCLUSIVA María Teresa Campos, angustiada: "A Terelu le aterroriza que me dé algo"

Tal como ha ido desvelando desde que se encerró en casa, María Teresa fue de las primeras personas en confinarse. La veterana presentadora nos explica que, por recomendación del doctor Calvo, su médico de confianza y al que define como "Dios", optó por no acudir a un estreno al que estaba invitada solo días antes de que se decretara el estado de alarma. "Ya llevaba días oyendo hablar del virus y me di cuenta de que salir a la calle era peligroso", confiesa. 

Aquellos primeros días de cuarentena autoimpuesta los vivió en su casa, hasta que pasó por casa de su hija Carmen y luego ya se quedó en el domicilio de Terelu, donde continúa. "Me fui unos días con Carmen. Como Terelu había estado rodando con mucha gente días antes, no se fiaba. Cuando pasó un tiempo prudencial, me vine a su casa", cuenta sin que no eche de menos esos domingos en familia "jugando a las cartas". De momento, las partidas no han cesado, pero les faltan 'jugadores' y no ve el momento de reunirse con ellos de nuevo cuando todo esto pase.

La situación no es fácil. María Teresa está haciendo un gran trabajo por mantener el ánimo arriba, concentrándose en los detalles positivos y aferrándose a que está cada día más cerca de abrazar y besar a los suyos. Sin embargo, el miedo de su hija a que le pase algo la llena de angustia. Y es que Terelu mantiene la distancia social con ella incluso en su casa: "Terelu lo pasa mal. Es como si hubiera asumido esa responsabilidad. ¡Es tan cuidadosa de todo! (...) A ver como lo digo, me dan ganas de llorar, ¡a ella le aterroriza que a mí me dé algo! No puedo entrar en contacto con nadie que haya estado en la calle ni entrar en la cocina. Con la persona que yo me he traído, con Sonia, sí porque lleva confinada conmigo en mi casa desde el principio".

Están siendo tan estrictas con las medidas que María Teresa Campos nos confiesa en casi un susurro: "He tenido tentaciones de besarla". Sin embargo, su astucia la ha hecho encontrar una manera de para sublimar ese cariño contenido y lo cuenta con la picardía de una niña feliz de haberse salido con la suya: "Los besos se los doy a la perra porque los perros no contagian nada".