No firmaría la máxima: “Ponga un Avilés en su vida”, pero sí: “Pon un Avilés en tu programa”, aunque como dirían los que se sientan en un polígrafo: “Tengo que matizar”.

Avilés es la típica persona que entra en tu vida y te la destroza. Y no porque él quiera sino porque tiene un cerebro diseñado específicamente para tergiversar conversaciones. No existe maldad en su comportamiento, es que ha nacido así