Entrar por la puerta grande. Anna Kournikova y Enrique Iglesias se han estrenado como padres por sorpresa (para los que estamos fuera de su relación) y por partida doble. La tenista dio a luz a una pareja, un niño y una niña, que los enamorados han llamado Nicholas y Lucy.
Estos dos tortolitos llevan saliendo desde hace 16 años y parecen tener pocas o ningunas ganas de pasar por el altar. De lo que sí tenían ganas era de formar una familia. Ahora, en su hogar han dejado de ser dos y los perros, a cuatro más los canes. La estrella del electrolatino tendrá que compaginar sus giras, el lanzamiento de canciones rompepistas y las grabaciones de videoclips con poner pañales, sacar gases y dar de comer a dos bebés que pasarán a ser su auténtica prioridad.
La pareja mantiene un perfil social muy bajo. Es decir, son escasas las veces que les vemos acudir a eventos juntos. Parece que tanto Iglesias como Kournikova son más de hacer su vida alejada del foco público, entregándose a la más absoluta intimidad. Con esta manera de vivir su realidad, no ha sido difícil mantener en secreto el doble embarazo de la tenista. Si a esto le sumamos que la pareja no aportó por la boda de Ana Boyer, hermana del artista, y Fernando Verdasco celebrada el 8 de diciembre, la gestación ha sido secreto de sumario.
Precisamente de la ausencia de la boda de Enrique en la celebración familiar ha sido un tema del que se ha hablado mucho. ¿Por qué el hermano mayor de Ana no acudía? ¿Por qué no quería participar de la exclusiva? ¿Por qué al no haber estado en el casamiento de Julio José no sería justo si hacía una exclusión con Ana? Ahora lo tenemos claro: no podía porque estaba demasiado ocupado convirtiéndose en padre (o a punto de serlo) como para abandonarlo todo para marcharse a Mustique para ver a su hermana dar el ‘sí, quiero’.