A primera hora de la mañana del jueves 7 de septiembre, Alejandro, hijo de María Jiménez, daba la noticia del fallecimiento de la artista. “Con profunda tristeza y dolor en nuestros corazones, despedimos hoy a María Jiménez, mujer amada y respetada por su compromiso inquebrantable con su familia, amigos y admiradores”, anunciaba el comunicado distribuido a la prensa a través de Europa Press. La cantante, como la gran diva que ha sido, recibirá un homenaje a su altura, en la que su ciudad, Sevilla, será parte fundamental.
María Jiménez, que llevaba tiempo enferma, ha muerto en un hospital sevillano al que ingresó el pasado martes para hacerse un chequeo. La artista se ha ido rodeada del cariño de los suyos.
El deseo de María Jiménez era ser paseada en un coche de caballos por el barrio de Triana, que la vio nacer hace 73 años. Será su último recorrido por esas calles en las que fue tan feliz. Sus fans y quienes la conocieron de cerca le darán el último adiós, a partir de las 13 horas, en la capilla ardiente instalada en el salón apeadero del ayuntamiento de la capital Hispalense, tal y como descubrió el alcalde de la ciudad a primera hora de la mañana del jueves 7, nada más conocerse la noticia.
Tras el fallecimiento de la artista, sus restos mortales han sido dirigidos al tanatorio de la S30, en Sevilla, donde los primeros familiares y amigos se han dirigido para apoyar y cubrir de afecto al hijo y a los hermanos de María Jiménez.
El viernes 8, a eso de las doce del medio día, los restos de María Jiménez llegarán en coche de caballos hasta la parroquia de Santa Ana, donde se le ofrecerá una misa a su memoria. Tras la ceremonia, y de nuevo en coche de caballos, será dirigida hasta el cementerio donde descansará para siempre en su amada ciudad.
Carlos Herrera, el primer rostro conocido que ha despedido a María Jiménez
Uno de los primeros rostros conocidos en acudir a la capilla ardiente ha sido Carlos Herrera, que ponía en valor el carácter de esta "vieja amiga". "Siempre abrió su corazón d manera generosa. Era una artista tremebunda. Y artista en todo lo que hacía, lo que cantaba, lo que bailaba y cómo te mostraba su cariño. Era un volcán. Se va una mujer excepcional".
Marisa Jara, entre las asistentes a la capilla ardiente para despedir a María Jiménez