¡Qué gracia nos hacía Josemi, Edu García, en ‘Aquí no hay quien viva’ y qué poquísima le tiene que hacer ahora a su ‘descubridor’ José Luis Moreno! La productora del padre de Monchito fue la encargada de traernos la popular comedia, que escribía su sobrino, Alberto Caballero, y que ahora repite cargo en ‘La que se avecina’, además de ser el productor ejecutivo. El joven Edu dejó atrás la actuación y parce centrado en la música, en concreto en el rap. En su último tema, ‘Parador de Valdesquí’, hace referencia a cómo fue para él trabajar en la exitosa serie y lanza pullas dirigidas a sus ex jefes.
El rapero está cansado de que desde la productora de Moreno se le haya desprestigiado, o, por lo menos, eso es lo que él cuenta. Él nos lo rima para que lo entendamos mejor: “La auténtica mafia son ellos, chaval. Ladrones de infancia. Trucos secretos, gente que cree que el dinero es respeto, no me desprestigias llamándome camello, mejor un camello que un pijo teatrero”. En el tema, Dudu, como se llama en la música, se dirige a Caballero como “pijo”, asegurando que solo está donde está por "tener enchufe".
Esperad que ahora viene lo fuerte. “Jornadas de 24 horas, aún siendo menor de edad, y no me diste ni las gracias y de las extras mejor ni hablar”, todo esto lo canta mientras, de fondo, en el videoclip, se distingue la fachada de la casa en la que estaba ambientada la acción en ‘Aquí no hay quien viva’. “Ya no soy un niño, no me puedes engañar, así que ‘chapa’ la boca”, le dice al tiempo que también le recuerda que podría “haberlos denunciado y toda la pasta les habría sacado”.
Aún hay tiempo para una pulla final, esta vez en relación con la vida amorosa de Alberto, “cambias más de piba que yo cambio de mechero”, ya que, en este tiempo desde que saltó a la fama, ha sido pareja de María Adanez, Vanessa Lorenzo y Miren Ibarguren.
Para rematar la retahíla, a lo Ylenia, le manda “un besito”. Eso sí, hay que reconocerle una cosa a Edu, al menos, la calidad de sus videoclips ha mejorado, pero echamos de menos lo pegadizo que resultaba aquel “voy burlao”.