Frank Cuesta (53 años) terminó el 2024 con la mejor de las noticias: pudo recuperar casi por completo el Santuario Libertad tras varios meses muy duros en los que tuvo que luchar contra su exmujer Yuyee. El herpetólogo, que contó lo mal que lo ha pasado con la madre de sus hijos por culpa de la separación y las sumas de dinero que ella exigía, ha sufrido un duro varapalo nada más comenzar 2025. Y es que el presentador ha vivido una desagradable situación por culpa de una "multidenuncia anónima".
Hace unos días que el presentador se encontró por sorpresa con varios agentes de seguridad tailandeses que se presentaron en su reserva natural porque alguien había acudido al departamento de inmigración de Tailandia para denunciarle: "Han sido días bastante duros", ha reconocido Frank desde su canal de Youtube. "Os enseño una foto y lo entendéis. Han venido tres coches de policía y uno de inmigración. Ya sabemos de dónde vienen. Los oficiales han sido bastante amables, el que venía en referencia a los animales también", ha comenzado explicando muy serio.
Cuesta ha revelado que ha tenido suerte porque los agentes le conocían aunque ha sido "un momento muy feo". "Hay alguien que quiere que me vaya fuera de Tailandia a toda costa. No voy a decir ni quién ni cómo, que cada uno utilice su imaginación. Desde aquí os pido que no se increpe a nadie porque oficialmente es una denuncia anónima pero obviamente va contra mí. Mañana voy a tener una reunión oficial. Va a ser complicada no porque haya hecho nada mal. Todo está bien y en orden. No hemos roto la ley de ninguna manera, pero al haber una denuncia tienen que saber por qué y qué pasa", ha contado el aventurero.
Frank es consciente de que no le pueden decir quién le ha puesto la denuncia pero tiene claro que no es nadie relacionado con el mundo de los animales: "Yo peleo por lo que es justo. Lo llevo haciendo muchos años. Por la gente cercana a mí ayudo a quien sea en cualquier situación. Por las razones de la vida la gente que más daño te puede hacer es la más cercana, obviamente. Estaba muy tranquilo porque sé que no hemos hecho nada. No hagáis nada porque no quiero complicar las cosas. No pongáis nombres en el directo, por favor. Estoy cansado de muchas cosas. Voy a pelear por los animales pero voy a tener que tomar decisiones drásticas. Quien sea no va a dejarme en paz hasta que me vea fuera del país", ha reconocido el herpetólogo.
"Seguiré peleando. Mañana tendré que bajar la cabeza otra vez y haré mucho papeleo. A veces dan ganas de decir 'para qué si te van a seguir dando por cul*'. Lo que hemos creado aquí es un paraíso y no le hacemos daño a nadie. Estamos cambiando la vida de muchos animales.Voy a contraatacar de manera brutal. Bajaré la cabeza por respeto pero no voy a bajarme los pantalones nunca más. He intentado hacer las cosas bien pero aquí van a seguir conmigo igual. El día que me vaya de Tailandia pues todo estará bien pero hasta que no me saquen a hosti*s no me iré ni del santuario ni de mi casa ni la de mis hijos. Eso lo tengo claro. Pero llega un momento en el que no puedes estar pensando en mejorar el sitio, en tener ampliaciones... y de repente encontrarte con ocho policías que quieren mirar papeles y cosas. A veces te cansas", relata Frank muy apesadumbrado.
El aventurero, que ha recordado los duros meses que vivió por culpa de Yuyee y su nueva pareja, ha afirmado además que todo esto se hace más duro porque en el santuario trabaja mucha gente y esta situación es complicada para todos. "Esto mina la moral y hoy me he dado cuenta de que no van a parar. Se quitan las ganas de seguir reinvirtiendo, ampliar y mejorar. He estado hablando con Zorro esta tarde sobre esto y pensando en qué hacer porque mi vida, dinero e ilusión está aquí. Intento mejorar el lugar para la vida de los animales pero la verdad es que aquí siempre serás un extranjero. Todos están de acuerdo en que lo que hago es genial pero en este país hay mucha corrupción. No es lo mismo los policías que viene para corroborar la denuncia que la gente que está arriba y a los puntos que pueden llegar", se lamenta Frank.