Un duque, un ministro y un príncipe: por qué todo el mundo dice SÍ a Genoveva Casanova

Analizamos cómo Genoveva Casanova ha logrado rodearse siempre de las compañías más selectas, príncipes, personas de la aristocracia, altos cargos… ¿Cómo lo consigue?

Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Actualizado a 24 de noviembre de 2023, 09:55

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Ha pagado 100.000 euros por asistir a esta cacería y observa atenta cómo el príncipe Federico de Dinamarca acaba de apretar el gatillo. PUM. Es una de las grandes aficiones del príncipe, pero también lo es de la mujer rubia que le acompaña. Genoveva Casanova se codea con los círculos más selectos y lo hace de maravilla. Pese a que sus orígenes son de lo más llanos, su vida dio un giro cuando quiso venir a estudiar a Sevilla. Ahí, entre calles con olor a azahar y manzanillas se enamoró de un duque y su historia cambió para siempre. 

Genoveva Casanova procede de una familia de clase media de Ciudad de México, para quienes la preparación siempre fue lo primero. Cuando acabó la secundaria y el bachillerato, la ‘socialité’ tenía clarísimo que deseaba seguir estudiando y que las letras eran lo suyo así que se matriculó en Filosofía. Pero ella, quizás contagiada por el espíritu aventurero de su abuelo, todo un experto en historia mexicana, quería más. Religiones comparadas, Egiptología, Filosofía Humanista, Filosofía del Arte, Literatura… un vastísimo conocimiento que se vio recompensado cuando, en el año 2000 obtuvo una beca de intercambio para continuar con sus estudios en Sevilla. Y fue entonces cuando el duque de su vida se cruzó en su camino.

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Cayetano Martínez de Irujo, el hombre que abrió a Genoveva Casanova las puertas de la jet-set

En el año 2000, Cayetano Martínez de Irujo había dejado atrás una mediatiquísima relación con Mar Flores y estaba dispuesto a enamorarse de nuevo. Fue en una escapada a Jerez de la Frontera cuando conoció a la mexicana de ojos claros y a los pocos meses saltaba la noticia: iban a ser padres. Su romance había sido ultrafugaz; lo que despertó los primeros recelos entre sus hermanos. Con el tiempo acabaría ganándoselos a todos, especialmente a la madre de él. La duquesa de Alba sentía un enorme cariño por la mujer que le dio a sus nietos más pequeños. 

Genoveva Casanova, invitada a los Premios Nobel

Las relaciones de Casanova, de amistad o amorosas, siempre han acabado volviéndose de lo más mediáticas. Tras su separación de Cayetano Martínez de Irujo, con quien mantiene una excelente relación, hasta el punto de él afirmar “siempre he cuidado de Genoveva y seguiré haciéndolo”. En 2009, la mexicana fue a dar con la horma de su erudito zapato, el hijo de un premio Nobel, nada menos. La exmujer del duque y Gonzalo Vargas Llosa se conocieron gracias a sus perfiles humanitarios, ella colaboraba con Acnur y él era directivo de la ONG; y su amor compartido por las letras acabó forjando un noviazgo que duró dos años. Un romance que coincidió en tiempo cuando el peruano recibió la más alta distinción en su carrera y, por supuesto, a la que Casanova también acudió.

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En Estocolmo, Genoveva se codeó con lo más granado de la intelectualidad internacional. Definitivamente, ese era su ambiente ¿Quién le iba decir a aquella niña que estudiaba en el colegio Sierra Nevada del DF que acabaría sentada en el patio de butacas de los Nobel? Definitivamente, sus padres, que tanto empeño habían puesto en su formación, sonreirían satisfechos. Ahí estaba su hija, ¡con la élite, nada menos! 

Pero el amor se acabó. Tras dos años de relación, Genoveva Casanova dejó las citas románticas por  a sus planes con amigos, que también la reclamaban. Sin duda, la mexicana era de lo más popular en algunos de los círculos más exclusivos, como el formado por el exmatrimonio Ponce Cuevas. Y fue precisamente en una fiesta de ellos, donde conoció a su siguiente pareja, un exministro. 

Michavila, el exministro viudo

"José Manuel, esta es Genoveva". Aquellos dos besos que prosiguieron a la presentación marcaron las vidas tanto de Casanova como de Michavila en los dos años siguientes. En 2014, se celebraba la boda de la hermana menor de Paloma Cuevas, y ambos estaban invitados. El exministro del PP aún atravesaba el duelo por la recientísima pérdida de su mujer. Irene Vázquez había fallecido tras dar al luz a su quinto hijo con el político. Antes de que se cumpliera el primer aniversario de su fallecimiento, José Manuel volvía a recuperar la ilusión.

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El exministro y la mexicana lo negaron todo. "Amigos nada más", que, conociendo la agenda de uno y de otro, podía ser algo totalmente plausible. Pero lo cierto es que la amistad iba más allá y tuvieron que acabar reconociendo lo evidente. Les vimos compartir escapadas a la nieve y cenas; todo muy discreto y sin escándalos de por medio. Al cumplirse los dos años de relación, tal como empezó, se acabó. 

 

La preciada agenda de contactos de Genoveva Casanova

Gente del mundo de la música, de la política, ganaderos y, sí, también 'royals'. Los contactos vips en la agenda de Genoveva Casanova se suceden. A cada cual con más poder y con más patrimonio que el anterior. Buenos amigos y amigas dispuestos a todo por esta mexicana de ojos claros. 

Cómo una estudiante logró hacerse un hueco en la preciada élite de la jet parece claro. La coletilla que le brindaba su vinculación con la casa de Alba le abrió las puertas de los círculos más selectos. Y ella, gracias a su elegancia y a su capacidad para brindar conversación apasionante a su interlocutor, ha logrado lo inimaginable.

Vínculos amistosos y, también vínculos cosechados gracias a sus trabajos y colaboraciones con las marcas más exclusivas, donde se encontraba con otras compañeras que le permitieron acceder a unas esferas reservadas solo para unos pocos. Así, Genoveva Casanova se ha labrado su propio núcleo duro de amigos que han hecho fuerte a su alrededor y que la protegen. Gente con mucho poder y con un elevado poder adquisitivo, que comparte con la diplomada en Filosofía un mismo gusto por actividades que van desde las monterías o cacerías privadas, reveladas por Susanna Griso, a viajes y visitas de ámbito cultural. De hecho, Genoveva ha dicho que Federico de Dinamarca acudió a Madrid para visitar una exposición en el Thyssen, y que la persona que debía actuar de anfitriona no pudo por enfermedad, así que ella se ocupó de él. Y ella ha demostrado que siempre es la mejor amiga. 

 

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