Cuando parecía que los Esteban y los Janeiro habían hecho las paces, o, al menos, disfrutaban de una ‘paz armada’, la bomba ha estallado en el momento más convulso. Con María José Campanario desde el jueves pasado hospitalizada, Belén lamente el padecer de la mujer del padre de su hija, pero avisa que está muy enfadada, mejor dicho, “muy dolida” con él.
“Es tan feo… primero me dijiste que sí, luego que no… pero aquí está su madre”, arrancaba la de San Blas sin querer hablar de más. Le había prometido a su hija, que en julio cumplirá 18 años, que no hablaría en televisión sobre la última polémica que las ha sacudido, pero la rubia no podía continuar mordiéndose la lengua. “Estoy muy dolida. (A mi hija) no le va a faltar, y menos para lo que es. Aunque yo no tuviera, lo pediría; pero lo tengo”, finiquitaba su discurso en ‘Sálvame’.
Parece que Belén y Jesús no llegan a un acuerdo económico por lo que se deduce de las palabras de la colaboradora. El torero habría roto una promesa que ha dejado hundidas tanto a madre como a la hija, pero la que vive en Paracuellos tiene muy claro que estando ella trabajando, a su hija no le faltará de nada y mucho menos para cumplir sus sueños.
La adolescente desea convertirse, el día de mañana, en una figura de las ondas. Estudiará periodismo y desea orientar su carrera al campo de la música, convirtiéndose en la Tony Aguilar o Joaquín Luqui de la nueva era. Estos estudios desea desarrollarlos en el extranjero, posiblemente en Birmingham, ciudad del Reino Unido que visita con gran frecuencia. De esta manera, se asegura poder ser una universitaria más y no tener que cargar con la cruz de ser conocida como ‘la hija de’.
¿Está Jesulín ‘racaneando’ con el futuro de su hija?