De tal palo, tal astilla: Famosos con hijos clónicos a ellos

¡Gwyneth Paltrow y Apple son idénticas! Y como ellas, otras celebs que ven en sus hijos a sus auténticas réplicas

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

A veces la genética es portentosa (otras también es espantosa, pero preferimos quedarnos con la primera opción), ya que es capaz de extraer los mejores genes del padre y de la madre. Mirad sino el caso de Apple Martin, nacida de Gwyneth Paltrow y de Chris Martin. Ha heredado muchísimo de su madre, como sus ojos, el cabello lacio y rubio o la nariz, pero los labios, que la actriz los tiene finos y le dan un aspecto severo a su rostro, su hija los tiene carnosos. Los ha sacado del padre. Lo mejor de cada uno, os lo advertimos.

Matilda Ledger, la hija del actor Heath Ledger, cumplirá 10 años en octubre. La niña se ha convertido en el mejor recuerdo que le quedó a Michelle Williams, el amor de su vida, tras el fallecimiento del actor. El resto lo tenemos viviendo inmortalmente en nuestros DVDs.

La pequeña ha estado de espaldas al mundo de Hollywood; lleva una vida normal y su madre está volcada en ella. No la ha llevado a fiestas, ni estrenos. Matilda aparece en contadas fotografías y en todas ellas se aprecia algo innegable: la niña se ha convertido en el vivo retrato de su progenitor. Además, cuanto mayor se hace, más se aprecian las similitudes entre ambos. Los dos tenían el mismo pelo, los ojos pequeños y oscuros, la nariz sobresaliente e importante y, en general, una cara simpática, aunque nos hagan creer que están enfadados.

Y como ellos, tantos y tantos hijos que son auténticos clones de sus padres, celebridades de la música, del cine o del deporte.

Los hay que cuando nacen, ¡que digo, nacen! ¡estando en el vientre materno! en ellos ya se puede apreciar el parecido entre la criatura y el progenitor. Es difícil, pero se han dado casos, y ahora, con las ecografías 3D, muchos más. Les ocurrió a Marc Bartra y Melissa con su bebé. Antes de que naciera Gala, estos papás ya sabían perfectamente que lo que venía de camino era una pequeña ‘Bartrita’. Y es que esta tenía idéntico rostro que el de su padre.

La genética no solo se refleja en el físico del hijo, sino también en el comportamiento. Padres simpáticos tienen hijos simpáticos, y lo que no da la herencia propuesta por Mendel lo da la educación. Los menores repiten lo que ven en casa y no sabéis hasta qué punto se quedan con gestos, formas de hablar o de expresarse.

Atentos a la galería que os hemos preparado porque creeréis ver doble.