Todo está preparado para la boda de Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) que tendrá lugar este sábado 8 de julio en el Palacio de El Rincón. Mucho se ha hablado estos meses del gran enlace de la hija de Isabel Preysler, que ha pasado por todo tipo de percances y polémicas. Ahora estamos a horas de descubrir todo lo que la marquesa de Griñón y su (casi) marido han organizado para el día más importante de sus vidas. Pero no solo para ellos, también es un gran día para sus familias.
Los Onieva Molas y Falcó Preysler se unen de forma oficial con este matrimonio y convertirá en consuegras a Isabel Preysler y Carolina Molas, la madre de Íñigo. Esta será la madrina de la boda del año y hay verdadera expectación por ver su estilismo. Aunque dijo que ella no pertenece al mundo de su nueva familia política no puede ocultar que está encantada con el 'sí quiero' y el matrimonio de su hijo en el que tendrá un papel protagonista.
Los detalles del vestido de madrina de Carolina Molas
En 'Así es la vida' han adelantado algún detalle del que sería el estilismo de Carolina Molas, ni más ni menos que su look de madrina en la boda de Tamara Falcó. Ha sido una de las reporteras en conexión con Sandra Barneda la que ha afirmado que la madre de Íñigo Onieva lucirá un vestido color granate con taconazos. Lo que sí se sabe es que será el diseñador Lorenzo Caprile el encargado de vestirla de madrina. Ayer mismo, Carolina acudió al taller de Caprile para hacer la última prueba antes del gran día.
No hemos visto a la madre del novio de Tamara Falcó vestida de madrina pero no sería nada extraño que hubiera optado por este color ya que el granate o color vino es uno de los colores más elegantes, lujosos, sofisticados y atemporales, una opción ganadora para madrinas que no quieren arriesgar pero tampoco pasar desapercibidas.
Como dato sobre su look ha añadido que la madre de Íñigo Onieva combinará su vestido de color granate con unos taconazos.
Tamara, la última hija de Isabel Preysler en abandonar la soltería
Tamara es la última de las hijas de Isabel Preysler que contrae matrimonio, tras Chábeli y Ana. De sus cinco hijos, que sepamos, Isabel solo ha podido ser madrina de Julio José en su boda con Clarisse, y no sabemos si también ejerció ese importante papel en la boda de su otro hijo varón, Enrique Iglesias, quien según su hermano Julio está casadísimo con Anna Kournikova (y el mundo mundial sin enterarse hasta ahora). Ahora ese papel de madrina le corresponde a Carolina Molas, madre del novio,con quien entrará en El Rincón en el día más importante de Íñigo y Tamara.
Carolina es consciente de que todos los focos estarán puestos, más que en ella, que también, en Isabel Presyler, quien fuera la reina de corazones del papel couché tras separarse de Julio Iglesias. Muchas han sido las portadas que Presyler ha protagonizado desde entonces, aunque en los últimos han sido sus dos hijas menores, Tamara y Ana, quienes le han cogido el relevo.
Para la madre de Íñigo Onieva el mundo de la prensa rosa le ha venido de sopetón. Hasta hace tres años, la famosa de la familia era su hija Alejandra, actriz de cierto renombre, y Carolina era una perfecta desconocida en el mundo del corazón. Claro que emparentar con la familia más mediática del panorama nacional –con permiso del clan Pantoja y la familia de Rocío Jurado– no es cosa baladí.
Una orgullosa madrina que no pretende eclipsar a Isabel Preysler
Desde el mismísimo momento en que Tamara e Íñigo anunciaron su boda, Carolina Molas pasó a ser un personaje que despertaba interés, muy a su pesar. Ser la suegra de Tamara Falcó es un título que solo ella va a tener que sobrellevar. Por cierto, y hablando de títulos, tras su boda, Íñigo pasará a ser marqués de Griñón consorte.
Lo que está claro es que, pese a que Carolina Molas es una mujer que destaca por su presencia y elegancia, sigue siendo una persona discreta y, por supuesto, dejará que todo el protagonismo se lo lleve su hijo y, cómo no, Tamara y toda su familia. En ningún momento, la madre de Íñigo pretende eclipsar a Isabel Preysler, aunque su papel en esta boda es mucho más relevante.
Ya se pudo ver en la fiesta preboda celebrada ayer en el hotel Ritz de Madrid. Ni Carolina ni Isabel estuvieron presentes, precisamente, para dejarles todo el protagonismo a los novios y a sus invitados. Desconocemos si ambas se pusieron de acuerdo a la hora de tomar la misma decisión o si fue una casualidad. Sea como sea, tanto Carolina como Isabel están dispuestas a permanecer en un discreto segundo plano –otra cosa es que lo consigan– porque esta es una boda en la que quienes tienen que brillar son, justamente, Tamara e Íñigo.