Acaba de alcanzar la mayoría de edad. Cayetana, Tana, Rivera Martínez de Irujo se ha convertido en una espectacular mujer que cuenta con dos respaldos fundamentales, la familia de su padre, Fran, y la de su madre, Eugenia. Los dos siempre han querido lo mejor para ella y ha crecido siendo una mezcla perfecta de ambos.
Posee los rasgos faciales de la casa de Alba, pero, también, de su abuela Carmen Ordoñez, esa piel tostada y su melena morena es herencia paterna. La última vez que la vimos en público fue en la boda de Sibi Montes, la cuñada de su padre. A ella acudió luciendo un vestido cóctel en color fucsia y altísimos tacones. Posó con soltura ante los fotógrafos y nos derritió con esa sonrisa que tanto recuerda a la de su madre. Antes de esto, en septiembre, Tana acudía como invitada a una corrida muy especial: la Goyesca de Ronda, toda una tradición entre los Rivera. Esta ocasión además era mucho más importante pues su padre se despedía de los ruedos, y a ella le dedicó su último toro. La joven, que lleva asistiendo a espectáculos taurinos desde que era un bebé, lloró emocionada por el gesto.
Cayetana desear ir a la universidad. Tras haber estudiado en uno de los centros de enseñanza más exclusivos de Madrid, ahora desea continuar su formación académica y optará por especializarse en Empresa. En mayo supimos que había aplicado al IE, Instituto de Empresa, uno de los mejores de todo el país y al que acuden alumnos venidos de todo el mundo, por lo que Tana desarrollará estos años tan importantes en la vida de uno a nivel formativo en un ambiente de lo más cosmopolita.
Tremendamente familiar, adora a su hermana pequeña, Carmen, nacida del matrimonio de su padre y Lourdes Montes, con quien también se entiende a las mil maravillas. Uno de los golpes más duros que ha sufrido en su corta vida, además de las continuas disputas de sus padres por su custodia, fue la pérdida de su abuela Cayetana, por quien recibe su nombre. La Duquesa de Alba falleció hace 3 años y su duelo fue devastador para la joven, pero sacó fuerzas de flaqueza para consolar a su madre, quien realmente estaba hundida.
Ahora entra con paso decidido en la edad adulta, dispuesta a lidiar con su dulce sonrisa el toro de la fama. Seguro que acaba dando la vuelta al ruedo y saliendo a hombros por la puerta grande. No nos cabe ninguna duda.