El pasado 9 de abril, Iñaki Urdangarin (56 años) inicio una nueva etapa vital. El que fuera duque de Palma se ha convertido tras cumplir los 5 años y 10 meses de la condena que se le impuso por malversación, prevaricación, fraude y tráfico de influencias. Una fecha para marcar en el calendario, ya que supone el punto de partida para su nueva vida como ciudadano libre. Una en la que han cambiado muchos aspectos.
Cuando estalló el caso Nóos, en 2006, Iñaki era marido de la infanta Cristina (58 años), por lo que formaba parte de la Casa Real española. El diputado Antoni Diéguez pregunto en el Parlamento de las islas baleares por qué Jaume Matas había realizado contratos de más de 1 millón de euros para una organización sin ánimo de lucro dirigida por Urdangarin. Desde ese momento se destapó toda una trama que acabaría llevando al yerno del rey Juan Carlos al banquillo y a ser condenado.
También estaba volcado en su trabajo en el Instituto Nóos, disfrutaba de su papel como padre y hacia uso de sus privilegios como miembro royal. Pero, ¿Y ahora? ¿Cómo han variado todos estos puntos de su vida? Analizamos todas las claves de esta nueva etapa en las que Urdangarin ha tenido que reformularse muchas cuestiones.
El divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina
El primer gran cambio, uno que generó mucha polémica y que se ha seguido de cerca estos años, es su divorcio con la infanta Cristina. Hace ya varios años, la revista 'Lecturas' sacaba a la luz unas imágenes del padre de Pablo Urdangarin con Ainhoa Armentia. Una relación extramatrimonial que sorprendía a todos y que rompía el corazón de la infanta Cristina.
Este fue el punto de partida para el que ha sido uno de los divorcios que más atención mediático ha generado. Uno que ambos quisieron alargar hasta que su benjamina cumpliera la mayoría de edad para evitar problemas con la custodia. Es por eso que, cuando el año pasado, Irene cumplió 18 años y celebró su graduación, Cristina e Iñaki acabaron de cerrar las últimas clausulas de su separación el pasado año. Un final definitivo para su historia de amor que ambos vivieron de forma diferente.
Urdangarin ha comenzado una nueva vida en Vitoria con Ainhoa Armentia, con quien vive en un piso cercano al de su madre, Claire Libaert. Su progenitora ha sido uno de sus grandes apoyos, estando de acuerdo o no con sus decisiones, en estos complicados años. A pesar de que la relación entre Armentia y Urdangarin está mejor que nunca aún hay un deseo que Iñaki querría conseguir. Lo contó Pilar Eyre en su blog para la revista Lecturas hace unos meses.
"Iñaki querría oficializar su estatus, no solo para evitarle una posición humillante a la mujer que ama, sino porque sabe que, cuando sean una pareja admitida por todos, sus hijos no tendrán más remedio que conocerla. Ya no deberá dejarla en Vitoria ni esconderla en el hotel cuando vaya a ver cómo juega su hijo Pablo en Barcelona, ni cuando visite a Irene en Ginebra", argumentaba la experta en Casa Real. En cuanto a Cristina, la hija de la reina Sofía (85 años) se ha centrado en su trabajo en la Fundación la Caixa y las entidades del príncipe Aga Khan en Ginebra, sus hijos y en ella misma, a la vez que ha sentido el apoyo de familiares y amigos.
Sin trabajo ni privilegios y con antecedentes
La libertad de Iñaki Urdangarin va unido a una serie de circunstancias que no vivió antes de toda esta situación. Para empezar, tras su divorcio con la infanta Cristina, el exduque de Palma ya no cuenta con la protección de la Casa Real. Un ejemplo muy evidente es que ya no puede contar con la protección de los escoltas oficiales, lo cual provoca que deba hacer frente él mismo a la prensa. Hasta ahora, eran los miembros de este cuerpo los encargados de mantener las distancias entre los medios y el exduque de Palma. Otro punto es que no cuenta con compensación económica alguna y ha perdido el título de duque consorte. Una perdida de privilegios que el padre de Miguel Urdangarin ha tenido que aceptar y adaptarse.
En cuanto al trabajo, Iñaki ya no puede hacer uso de los contactos de la familia real, de manera que no podría acceder al mismo tipo de puestos de trabajo que hace algunos años. Según la revista 'Semana', el exmarido de Cristina estaría trabajando en una pequeña constructora vasca, que le habría conseguido su nueva novia. "Es Ainhoa, su pareja, quien ha conseguido ese trabajo en la constructora. Él no tiene trabajo", explicó Silvia Taulés en 'El País'.
Este trabajo es esencial para cumplir con la pensión alimenticia que debe facilitar a sus cuatro hijos. Cuando se acordaron las condiciones de su divorcio, se estableció que los jóvenes tuvieran cubiertos los gastos comunes y siguieran disfrutando del mismo estilo de vida que han llevado hasta ahora. Esto hace que no haya una cifra exacta a aportar, sino que se adaptara a las circunstancias de cada uno.
Y no solo eso. A pesar de disfrutar de su libertad, aún hay un elemento de su implicación en el caso Nóos que sigue en pie: los antecedentes penales. Aunque su condena está cumplida, no será hasta dentro de 5 años cuando el expediente judicial de Urdangarin quede totalmente limpia, sin antecedente alguno.