El lunes pasado el Papa Francisco perdía la vida a los 88 años de edad tras haber reaparecido el día anterior. Se trataba de una noticia que pilló por sorpresa a muchos, pese a haber pasado una temporada en el hospital. Durante estos días han sido muchos los mandatarios que han ido confirmando su asistencia a este entierro que tendrá lugar el próximo sábado. Sin embargo, ha llamado poderosamente la atención que el rey Carlos III (76 años) no vaya a acudir, a pesar de haber sido una de las últimas personas en tener un encuentro con él.
Diferentes miembros de las realezas europeas han ido confirmando su presencia para darle el último adiós al Pontífice en la misa que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Por la parte española, los reyes Felipe y Letizia serán los encargados de acudir en representación de la Corona española. Si la reina Sofía finalmente decide acudir lo hará a título personal y no como su hijo y su nuera. Desde la Casa Real británica ya confirmaron que sería el príncipe Guillermo (43 años) el encargado de viajar hasta Italia para este acto.
La tradición que impide al rey ir al funeral
Hace tan solo unos días el monarca y la reina Camilla realizaron un viaje de Estado por Italia. En un principio desde el Palacio de Buckingham lanzaron un comunicado en el que confirmaban la anulación de su encuentro con el Papa debido a la enfermedad que le había llevado a pasar una temporada en el hospital. De hecho, el propio Carlos conoce de primera mano lo que significa tener que guardar distancias debido a las defensas bajas a causa de su tratamiento contra el cáncer.
Sin embargo, durante su estancia italiana sorprendieron al realizar una visita privada con el Pontífice. Su encuentro fue de unos minutos pero tuvieron la ocasión de estar con él, algo que ya habían hecho con anterioridad en dos ocasiones. De esta manera, prácticamente han sido de las últimas personas en poder verlo con vida, ya que tan solo unos días después se produjo el fallecimiento del argentino.
La Casa Real británica confirmó que el marido de Kate Middleton sería el encargado de acudir al funeral en representación de la Corona inglesa. Se trataba de una decisión que sorprendió a muchos, ya que tras haber tenido este encuentro tan cercano, resultaba extraño que no fuera el propio monarca el que acudiese al entierro. No obstante, hay una razón muy sencilla que nada tiene que ver con su actual estado de salud.
Existe un protocolo que implantó la reina Isabel II hace algunos años que impide a los monarcas acudir a este tipo de actos. Este dicta que el soberano no asiste a los funerales. De hecho, hay que recordar que el propio Carlos acudió como Príncipe de Gales al funeral del Papa Juan Pablo II cuando su madre reinaba en Reino Unido. Además, esta presencia supone también un paso al frente en el papel del marido de Kate como futuro rey de su país.
La razón por la que Federico de Dinamarca no irá al funeral
Otros miembros de las realezas europeas también han ido confirmando su asistencia a este evento. Además de los españoles, también Felipe y Matilde de Bélgica han anunciado que viajarán hasta Roma. De hecho, fueron los primeros en confirmar su asistencia. Por el momento no ha habido mucho más movimiento en cuanto a las monarquías europeas, aunque los daneses sí se han pronunciado a este respecto, además de la confirmación de Alberto y Charlene de Mónaco.
Mary Donaldson viajará en solitario para este evento. “Su Majestad la Reina se unirá a representantes de todo el mundo cuando se recuerde a Su Santidad el Papa Francisco en una solemne Misa Funeral en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano el sábado a las 10 de la mañana”, rezaba el comunicado que compartieron desde la Casa Real danesa hace escasas horas.
Sin embargo, sorprendía que no se hiciese mención a Federico, ya que únicamente se confirmaba la presencia de la australiana. No obstante, la explicación es bastante sencilla. El rey de Dinamarca se encuentra de viaje de Estado en Japón, el cual ha comenzado el pasado miércoles. Por tanto, su ausencia está más que justificada debido a la lejanía del país asiático y al tratarse de algo programado con anterioridad.