Los tres cambios fundamentales de la princesa Leonor de los que hará gala en los Premios Princesa de Asturias

La princesa Leonor ha experimentado tres cambios fundamentales como figura pública de los que podremos disfrutar en la próxima gala de los Premios Princesa de Asturias

Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 20 de octubre de 2024, 14:45

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Hace prácticamente un año, la princesa Leonor (18 años) se convirtió en la absoluta protagonista. La primogénita de los reyes Felipe VI (56 años) y Letizia (51 años), que ya había iniciado su formación militar, se enfrentaba a un mes de octubre cargado de momentos clave en su trayectoria como figura pública. Primero, presidió los Premios Princesa de Asturias y, días más tarde, celebró su mayoría de edad jurando la Constitución frente a las Cortes Generales.

Aunque no era la primera vez que la heredera al trono llevaba a cabo actos oficiales, sí que marcó el comienzo de una nueva era para Leonor. La princesa ya no estaba a la sombra de sus padres, siguiendo sus pasos y acatando el protocolo. Ella pasaba a estar en el centro del foco. Las miradas la seguían a ella, analizando cada gesto, palabra o estilismo. Algo que se ha mantenido durante este último año.

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Ahora que apenas quedan unos días para la nueva edición de los Premios Princesa de Asturias, en los que se ha premiado a personalidades como Marjane Satrapi, Carolina Marín o Michael Ignitieff, podremos ver de nuevo a Leonor. Eso sí, ya no será la misma. Como bien señalaron algunos expertos y periodistas que acudieron al Día de la Hispanidad, la princesa ha experimentado tres cambios fundamentales en su forma de encarar sus compromisos.

La evolución de Leonor: tres cambios fundamentales

Si observamos con lupa cada acto que ha llevado a cabo Leonor en el último año es evidente que su forma de actuar no es la misma. Poco a poco, la hermana de la infanta Sofía (17 años) ha ido encontrando su propio estilo y se ha distanciado de la joven insegura y tímida que una vez fue. Precisamente, el primer cambio fundamental que se ha detectado en ella es que ahora es mucho más independiente. Paloma Barrientos, que fue invitada al besamanos del 12 de octubre, corroboró esta transformación en 'Fiesta'.

"A diferencia del año pasado que estuvo muy pegada a su madre, esta vez ha estado sola. La princesa de Asturias ya es independiente. [...] El año pasado era protección total de Letizia. Durante las fotos en la recepción, se las ha tomado sola. El año pasado estaban sus padres", explicaba la periodista. Esto ya lo hemos ido viendo en los últimos meses, como cuando Leonor y Sofía presidieron sola varios actos, mostrándose con seguridad.

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La segunda parte de la transformación tiene que ver con la actitud de la princesa. Mientras que el año pasado la notábamos muy pendiente de qué tenía que hacer y de las normas de protocolo a seguir, este año ha sido vista con una conducta más desenvuelta. Por ejemplo, durante la recepción del Día de la Hispanidad, Leonor charló con varios de los invitados con total naturalidad e incluso se animó a soltar alguna broma sobre como ya estaba acostumbrada a la lluvia por el tiempo en la Escuela Naval de Marín. No solo eso. La princesa se animó a tomarse selfies en solitario con algunos de los asistentes, algo completamente nuevo, ya que hasta ahora siempre se los hacía junto a sus padres.

¿Y el último cambio? Leonor es mucho más consciente de la repercusión que tienen sus actos. En realidad, siempre lo ha sido, ya que ha crecido sabiendo que iba a ser una figura pública con una gran atención mediática sobre ella y que cada acción afectaba a la reputación de su familia y de la institución a la que representa. Es por eso que ha evitado generar situaciones que puedan hacerse virales o dar que hablar.

Un claro ejemplo de lo que pretende evitar es lo que ocurrió el año pasado durante el 12 de octubre. La nieta de la reina Sofía (85 años) se encontraba con sus amigos de la Academia General Militar de Zaragoza en pleno besamanos. Uno de ellos le lanzó un comentario, que provocaba las risas de la joven y de sus padres. Este intercambio generó muchas especulaciones sobre quién era la identidad del joven. Aunque no fue nada negativo, este encuentro ocupó titulares durante semanas.

Es por eso que en esta ocasión, Leonor ha adoptado la contención. Un cambio que se evidenció, de nuevo, en el besamanos. Al tocarle saludar a sus compañeros, la princesa esbozó una sonrisa más amplia y cálida que la que había mostrado al resto de invitados, pero no cruzaron ningún gesto, ni se entretuvieron. En definitiva, estos tres cambios muestran como la princesa está esforzándose por mejorar y pulir sus formas (ya de por si muy acuradas).

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