Mientras el resto de royals del mundo disfrutan de unas merecidas vacaciones, Charlene (45 años) y Alberto de Mónaco (65 años) siguen haciendo frente a sus compromisos institucionales en el Principado. Este fin de semana, el matrimonio presidía la 74º edición de la gala benéfica de la Cruz Roja en la Salle des Etoiles del Sporting Club de Montecarlo, un acto marcado en rojo en la agenda de la familia real monegasca por su carácter solidario.
Si bien Charlene nunca asiste al Baile de la Rosa, nunca falla a la gala de la Cruz Roja. De hecho, es un acto en el que suele sorprender con un despliegue de estilo sin igual. Y como era de esperar, no ha defraudado...
Charlene de Mónaco ha deslumbrado con un vestidazo de color blanco, un diseño de inspiración nupcial plagado de lentejuelas en líneas verticales que no le podía sentar mejor. Se trata de un modelo de líneas amplias, escote redondo, mangas abullonadas semitransparentes que la primera dama lo ajustaba a su cintura con un lazo de la misma tela.
La mujer del príncipe Alberto lo ha defendido a la perfección y lo completaba con complementos en blanco. Unos discretos salones que sobresalían y clutch rígido a juego, Mención aparte merecen las joyas.
Charlene ha estrenado unos imponentes pendientes de oro blanco, zafiros y diamantes a juego con un enorme anillo. Impresionantes piezas de alta joyería que pertenecen a la colección Romeo y Julieta de Van Cleef & Arpels, y que podrían ser un regalo personal de su marido. De ser así, se trataría de una declaración de amor en toda regla a la que no nos tienen nada acostumbrados y una forma de zanjar por enésima vez los rumores de separación entre ellos.
El look de alfombra roja de Camille Gottlieb
La hija pequeña de Estefanía de Mónaco ha competido en elegancia y sofisticación con la mismísima Charlene. Camille Gottlieb (25 años) ha acompañado a sus tíos en esta velada tan icónica para el Principado y lo ha hecho con un impresionante diseño de alfombra roja.
La joven estaba impresionante con un vaporoso diseño de color lila firmado por Zuhair Murad, un vestido confeccionado en tul con pedrería bordada que lo elevaba a lo más alto con una delicada capa transparente con un soberbio cierre en forma de collar.
Camille siempre ha sido uno de los miembros más desconocidos de la familia real de Mónaco. En un segundo plano, muchos afirman que es la que más se parece a Grace Kelly, una herencia que este fin de semana ha defendido con un lookazo de Alta Costura.